Verano loco

¿Qué les interesa más? A mí, francamente, la espeleóloga me parece una pesada. Quién le mandaba meterse ahí. La sensación que me ha dado es que los equipos de rescate estaban contentísimos de poder utilizar todos sus aparatos, incluidos explosivos, ante las cámaras y con todo el personal siguiendo paso a paso los tres ñoños rotos de la señora y sus heridas abiertas. Aunque mucho daño no se ha debido de hacer, cuando llegando al hospital decía que tenía ganas de volver a la cueva a seguir mirando. Hay gente pa’to.En cuanto a los topillos, admito que he descubierto un universo animal que me era ajeno por completo. Conozco a esos animales de pasear alguna vez por tierras de Castilla y León, y porque a mi perra le priva cazarlos, la verdad. Pero desconocía que podían transmitir una enfermedad (la tularemia, una especie de gripe que también contagian las garrapatas, nada grave) a los humanos, ni que se reproducían a la velocidad de la luz. Por lo visto deben ser una auténtica plaga, pero tienen un punto tierno, con ese aire pizpireto y desvalido a la par, y estoy harta de comer cada mediodía con un topillo churruscado o machacado en la mesa del informativo. Contra estos roedores tan dañinos para la agricultura se han utilizado diversos venenos (si esto es bueno para la agricultura no alcanzo a comprenderlo), máquinas para destrozar las toperas y a sus moradores y, por último, la quema controlada de los campos. Parece increíble que un ser tan pequeño pueda ocasionar tantos daños y quebraderos de cabeza al ser humano. De vez en cuando la naturaleza se nos ríe en los morros.Mientras tanto, nieva en Sudáfrica y Buenos Aires, hace frío en agosto en el Mediterráneo, diluvia en el Reino Unido, la gente fallece de calor en Rumanía y Rusia... y Miguel Sanz vuelve a gobernar en Navarra. No entiendo nada.

Esperanza Pamplona