Cambio climático, cuestión de identidad

Si hay algo que ha marcado el debate parlamentario durante este inicio de legislatura en el Parlamento de Canarias ha sido el cambio climático, recurrente para todos los asuntos a tratar, denotan su transversalidad y su clara incorporación a la agenda política canaria por parte de todos los partidos políticos con representación.

Es cierto, algo ha cambiado. La preocupación en el debate, como debe ser, es el reflejo de la preocupación social presente en nuestra ciudadanía acerca de nuestro entorno.

En una década clave, en un año clave, en unas circunstancias claves, todos nos hemos puesto manos a la obra para remover conciencias. Pero en este ámbito, no sólo las palabras son efectivas, aún generando pensamientos críticos, necesitamos fortaleza en los hechos para poder vivir en un entorno favorable a la propia vida.

Parece una obviedad, pero lo único cierto es que el abuso constante sobre nuestros recursos naturales nos ha llevado a este punto, que debemos evitar que sea de no retorno, o al menos minimizar su impacto.

Esta preocupación parlamentaria conecta directamente con la iniciativa del Gobierno de Canarias en materia medioambiental y su compromiso con nuestra tierra, con nuestra tierra, y con nuestro planeta.

En estas semanas de Cumbre Internacional del Clima, en la cual ha participado de forma muy activa el Gobierno de Canarias, en la persona del presidente, pero también con una intensa agenda de la Consejería de Transición Ecológica y Lucha Contra el Cambio Climático, con José Antonio Valbuena al frente, hemos visto también, como diversas empresas de nuestras islas, pioneras en la incorporación de la sostenibilidad en su propia actividad, o incluso el seguimiento exhaustivo de los medios de comunicación de estas semanas de trabajo, nos hace pensar que un amplio sector de la población, también está en ello, por lo tanto, parece, que todos hablamos el mismo lenguaje.

Hablar el mismo lenguaje, significa entendimiento y comprensión, y algo que es fundamental, generar sentimiento identitario entorno a un asunto tan importante.

Los partidos políticos invertimos esfuerzos en generar sentimiento identitario en nuestras propias filas, las organizaciones, las asociaciones, los propios territorios, apelan a los hechos compartidos para trabajar por ellos, como herramienta de convicción. Diría que en parte, esta etapa la tenemos ganada.

Ahora es necesaria no sólo la implicación de los gobiernos a todos los niveles, es necesario que en lo más íntimo de nuestro comportamiento individual diario actuemos en conciencia de lo que estamos defendiendo, y cambiemos nuestros patrones de comportamiento, de la mano de los cambios en las políticas públicas.

Vivir como pensamos, actuamos y nos relacionamos con nuestro entorno es un primer pequeño paso en esta lucha de gigantes en la que nos va la vida, porque si pensamos en agua, oxígeno o la propia tierra, estamos pensando en la propia vida.

Vivir en Canarias, y pensar en la defensa de nuestras islas desde el punto de vista medioambiental es inherente a nuestra identidad. En un territorio frágil y fragmentado, con unas condiciones climáticas excepcionales, con el mar que nos rodea, que debe ser limpio, con cielos únicos admirados internacionalmente, con nuestros parques naturales y las reservas de la biosfera, que nos hacen únicos, deben ser una oportunidad no sólo para su defensa, también para ser ejemplo y apostar por abrir oportunidades de investigación en esta materia en nuestras islas, que nos protejan pero que también pueda contribuir a esta lucha de identidad mediambiental en Canarias