Fernández Ordoñez

Las instituciones financieras no sólo se han cerrado en banda ante los “intentos” políticos de reforzar su control y de rebajar un tanto los sueldos de los altos ejecutivos sino que se han impuesto a los gobiernos de los países en crisis de los sólo han aceptado sus avales y aportaciones directas de dinero. Cómo será eso que hasta Obama, que parecía muy dispuesto a meterle mano a Wall Street, se la tuvo que envainar. Lo dejaron desahogarse un pizco en los discursos y le pararon las patas en cuanto llegaron a piedras de ocho. Ya ni se habla de reforma del sistema financiero, para qué.

No he escuchado a Fernández Ordoñez, a lo que iba, hablar de los bancos, que son de su incumbencia; sí le he oído, en cambio, referirse de forma reiterada a asuntos que no figuran en el ámbito de sus competencias, como los salariales, las pensiones y demás. Se me dirá, con toda la razón del mundo, que tiene derecho a opinar; pero no es la suya una opinión cualquiera sino la de una persona llamada a actuar en el ámbito de las finanzas donde se originó la crisis que estamos pagando todos, menos, precisamente, los responsables que, encima, están ganando más.