La portada de mañana
Acceder
La confesión de la pareja de Ayuso desmonta las mentiras de la Comunidad de Madrid
El plan del Gobierno para indemnizar a las víctimas de abusos agita la Iglesia
Opinión - El pueblo es quien más ordena todavía. Por Rosa María Artal
Sobre este blog

Espacio de opinión de Canarias Ahora

Futuro hipotecado

Román Rodríguez / Román Rodríguez

0

Por eso, se hace preciso reflexionar sobre el alcance de las mismas. Más aún, si cabe, en momentos de profunda crisis económica en la que cae el dinamismo de la inversión privada, estando las administraciones públicas obligadas a tirar del carro para estimular la economía, invirtiendo en infraestructuras productivas y promoviendo programas para la diversificación económica, con la intención de frenar la destrucción del empleo.

Cuatro hitos recientes van a ser determinantes, en distinta medida, para que Canarias esté en mejores o peores condiciones para afrontar el delicado momento económico -con una significativa destrucción de empresas y situados ocho puntos por encima de la media estatal en desempleo, acercándonos al 30% de la población activa en paro- y definir expectativas para un nuevo modelo de desarrollo sostenible: la financiación autonómica, el denominado Plan Canarias y los Presupuestos Generales del Estado y los de la Comunidad Canaria para el año 2010.

Financiación

El primero de los envites se cerró el pasado 15 de julio con el acuerdo de financiación autonómica que Canarias firmó en el Consejo de Política Fiscal y Financiera. Un acuerdo mal negociado, en el que no se supo defender nuestras singularidades, en especial el hecho insular, con reconocimiento constitucional, un parámetro mal ponderado mientas se inventaban otros a la carta: lengua,

extensión territorial, envejecimiento de la población o la dispersión de esta.

Un acuerdo fruto de la enorme debilidad del Ejecutivo de ATI-CC y PP, así como del maltrato por parte de un Gobierno central que, por el contrario, ofrecía un tratamiento exquisito a otras comunidades, alejándose por completo de la búsqueda de la equidad y la suficiencia financiera de los distintos territorios. Andalucía y Cataluña aparecen como los más claros ejemplos de ello. El resultado fue un acuerdo de financiación que nos hace perder 250 euros por persona y año con relación a la media española, es decir, recibiremos 500 millones de euros anuales menos que otras comunidades, como han reconocido miembros del propio Gobierno de Canarias, lo que afectará gravemente a los servicios públicos y al ejercicio del resto de competencias del autogobierno en el próximo período. Resulta patético el voto favorable de CC a su tramitación esta semana en el Congreso, tras reconocer que es lesiva para Canarias y que no reconoce nuestras singularidades.

El segundo hito, más reciente, es el Plan Canarias, que hace apenas tres semanas presentaba el presidente Zapatero con la complicidad de Rivero y su Gobierno. Una vez conocido su texto denunciamos que se trataba de un Plan sin ficha financiera, de una mezcla de compromisos en marcha y acciones futuras sin concreción alguna. Y que los 2.500 millones de euros adicionales de aportación anual eran pura propaganda sin el menor sustento real.

La extensión del conocimiento del Plan sólo ha hecho que arrecien las críticas de sectores económicos, políticos y sociales ante este popurrí de lo que ya hace el Gobierno central en las Islas y de lo que iba a hacer en los próximos años, con pocas novedades y casi nulos compromisos de nuevas inversiones: el 95% de sus contenidos ya estaba en marcha por los distintos ministerios o por entes públicos, o concierne a la aplicación de convenios en vigor o es la cuota que a Canarias le corresponde de planes sectoriales estatales. Cada vez son más los que señalan que se trata de un auténtico fiasco, de un Plan que no contribuye en modo alguno a superar nuestras graves dificultades, que no afronta la crisis ni servirá para diversificar la economía ni para crear empleo. Lo que supone una enorme irresponsabilidad política, tanto por parte de quienes lo han pergeñado como de quienes lo han aceptado acrítica y sumisamente.

Presupuestos

Los otros hitos, de menor relieve en comparación con los dos primeros, son los Presupuestos Generales del Estado y los de la Comunidad Autónoma para el año 2010. Respecto a este último, lo anunciado por el Gobierno canario parece repetir los errores de los últimos ejercicios, con baja inversión pública (un 11% menos que la ya ridícula del presente ejercicio) y recortes económicos en Educación y Sanidad, muestra de su escasa preocupación y sensibilidad social. Volviendo, además, a marginar a los cabildos y a los ayuntamientos.

En cuanto a los PGE vuelven a maltratar a Canarias, colocada muy por debajo de la inversión media estatal (621 euros per capita), con 481 euros en el caso canario, 140 euros por habitante menos. Harían falta 290 millones de euros para situarnos en la media. En ellos se cumplen las cláusulas de inversión que estipulan diversos estatutos de autonomía, mientras no ocurre lo mismo con el artículo 96 de nuestro REF. Asimismo, el Plan Canarias ni está ni se le espera en los PGE, mientras sí se refleja el Plan de Convergencia Interior de Castilla-León, con 2.412 millones de euros de inversión presupuestada. La labor de maquillaje de las enmiendas no modifica lo sustancial: son unos presupuestos malos para Canarias, que en nada responden a la gravedad de la situación socioeconómica de nuestra tierra.

El fracaso en la financiación, el frustrante Plan Canarias y los decepcionantes presupuestos para 2010 dibujan un panorama crítico para Canarias y su gente, que dificultará la superación de la profunda crisis que padecen las Islas y que nos alejará de España y Europa en bienestar. Y no es fruto de la casualidad sino de una concatenación de erradas decisiones políticas, con responsabilidades en el Ejecutivo canario y en el Gobierno central, que hipotecan gravemente a Canarias.

(*) Román Rodríguez es presidente de Nueva Canarias.

Román Rodríguez *

Sobre este blog

Espacio de opinión de Canarias Ahora

Etiquetas
stats