In memoriam de Rafael Reyes. La imagen como oficio

El día 1 de Enero, como si no quisiera saber lo que nos aguarda en este 2015, se nos fue inesperadamente con 62 años, Rafael Reyes. Uno de los primeros realizadores canarios de televisión.

Rafa comenzó muy joven su aventura vocacional y profesional en Televisión Española, justo cuando esta acababa de instalarse en la Plazoleta de Milton, de Las Palmas. Por aquel entonces trabajaba como meritorio y estudiaba a todas horas con un afán de superación que llamaba la atención a todos los compañeros.

Consiguió por oposición la categoría de Ayudante de cámara y más tarde la de Reportero y así, durante años, aprendió de este medio, (que le entusiasmaba), los secretos de la imagen y de la comunicación hasta culminar su carrera profesional como Realizador de la Cadena Pública.

Durante 25 años realizó y dirigió algunos de los programas más representativos de esta televisión, recordemos: Canarias semanal, Planeta sin fronteras, A toda vela y especialmente el informativo Tele Canarias, diario que continúa relatando puntualmente al mediodía la realidad política y social del archipiélago.

Inquieto y contestatario, formó parte de la izquierda sindical y política durante la clandestinidad y la Transición con un compromiso de lucha a prueba de represalias y en defensa de la democracia y la justicia social. Una vez superada la dictadura y normalizada la vida pública, volvió al estudio y al trabajo.

Estudió la carrera de Derecho en los 90 porque quería tener más herramientas de defensa frente a un mundo que nuevamente no le gustaba y en el que se sentía vulnerable. Allí, conoció a Alexandra Buceta, su actual mujer y compañera. Con ella, disfrutó del amor y la felicidad que se merecía. Tuvieron dos hijos, Rafa de 15 años y Rita de 13 con los que ahora Alexandra tendrá que llenar el tremendo espacio que como entregado padre les ha dejado. No dudamos que lo hará brillantemente, es una mujer valiente y preparada capaz de envolver, con amor e ideas de justicia y libertad, el futuro de sus hijos. A Rafa, que nunca nos fallaba, se le aflojó el corazón el otro día.

Nos hemos quedado sin el compañero, el amigo, el polemista incansable que nos agotaba en las discusiones. Valió la pena trabajar con él, compartir militancia de izquierda y conocer su bondad, su ejemplo y su compromiso. Le echaremos mucho de menos y buscamos ya su sonrisa en los rostros de Rafa y Rita. Allá donde estemos, seguiremos guardando su memoria y su recuerdo. Descanse en Paz.