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Nueva agresión a Canarias por Pedro Quevedo

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Unos presupuestos que implican un castigo sin prece­dentes a las clases medias y a los trabajadores, con una dureza extrema hacia los ciudadanos y una sumisión a los llamados mercados, causantes de esta crisis, y también a aquellos que han practicado el fraude fiscal. Malos ejemplos, malos principios para tratar de salir de una situación como ésta.

Unos presupuestos que persi­guen una reducción del déficit sencillamente irrealizable y menos en el horizonte temporal que el Gobierno plantea, a no ser que se siga infringiendo un castigo tremendo a la sociedad. Unos presupuestos basados en la idea maniquea e intencionadamente falsa de que la deuda pública española, hoy por debajo de la de Alemania y de la de Francia, es la causa de la crisis y no una consecuencia de ella, buscando así la liquidación del sector público.

No son, por tanto, razones económicas o sociales las que inspiran estos presupuestos, sino pura ideología, neoliberalismo puro. El Gobierno del PP está aprovechando la coyuntura para hacer lo que ya inició el Gobierno socialista anterior en buena medida, pero dando varias vueltas de tuerca sobre dos ejes fundamentales.

Por un lado, un centra­lismo exacerbado que tiende a liquidar el papel de las comunidades autónomas. No es aceptable una previsión de déficit en la que el esfuerzo lo hacen las autonomías, que gestionan el 38% del presupuesto, pero los beneficios son para la Administración central del Estado, que gestiona el 21%.

Por otro lado, la eliminación de los servicios públicos, entendiendo las polí­ticas públicas, las políticas sociales, como un perjuicio, como una especia de dádiva que se le concede a la sociedad y que ella no se merece. Lo que están haciendo en realidad es abrir una puerta a la privatización, porque las medidas de recorte adoptadas no son compatibles con la per­vivencia de los servicios públicos tal como hoy los conocemos.

Canarias en los PGE 2012

Desde la óptica canaria lo primero que hay que decir es que el presidente Rajoy ha incumplido con los compromisos adquiridos en el debate de su investidura hace sólo tres meses. En él planteó, entre otras cosas “su compromiso pleno de cumplir todos aquellos aspectos del REF que hoy no se cumplen y actualizar los aspectos del REF que son mejorables” y de “invertir la tendencia para que la media de inversión del Estado en Canarias converja con la media nacional”.

El Régimen Económico y Fiscal no es otra cosa que reconocer la singularidad de un territorio por razones simplemente geográficas. Cuando con un 23% de paro se habla de una crisis en el Estado español, en Canarias no podemos aceptar que, con un 31% de desempleo, las inversiones en estos presupuestos destinen a los canarios 125,7 euros per cápita menos que la media estatal. Son 264 millones de euros menos de los que nos corres­pondería si cumpliesen con el Archipiélago. Además, las inversiones en el conjunto del Estado disminuyen un 28,8% y en Canarias un 40,8%, es decir, 12 puntos menos.

Planteó también Rajoy la necesidad de estimular el turismo y en sus presupuestos pasa de 50 millones a cero en infraestructuras turís­ticas. Asimismo, ha reducido en 19 millones de euros la subvención al tráfico de mercancías, impidiendo así que compitamos en condiciones de igualdad con aquellos que están en territorio continental, olvidando los déficits estructurales que conlleva vivir en un Archipiélago alejado más de 1.000 kilómetros del continente europeo.

Con estos datos, con un 31% de paro y más de 100.000 personas que no reciben prestación social alguna, con el record de familias con todos sus miembros en paro, a lo que hay que añadir un sistema de financiación auto­nómica a todas luces injusto, con el que Canarias pierde 545 millones de euros al año. ¿Cómo tenemos que etiquetar entonces a la crisis que se sufre en Canarias? ¿Qué nos tiene que ocurrir a los canarios para que el Gobierno del Estado responda a las necesidades cum­pliendo con nuestros derechos? ¿Cómo se nos puede pedir entonces que aceptemos que se incumpla con nuestro fuero, con la Ley del REF?

Nos vamos a rebelar frente a esto en la medida de nuestras posibili­dades. Y no vamos a estar solos en esa tarea. No queremos ser más que nadie. No queremos trato de favor, sino sencillamente estar en la media de inversión del Estado. Queremos que se nos trate distinto para ser iguales a los demás.

La concepción neoliberal con la que está abordando el Partido Popular esta crisis conduce, sencillamente, a la catástrofe. Y serán los ciudadanos quienes le pasen la factura cuando corresponda, dentro del marco democrático, como ya está ocurriendo en el proceso electoral de Francia, donde se prevé la victoria de una concepción distinta a la del señor Sarkozy y a la que se practica en estos momentos en España y en el ámbito de la Unión Europea.

* Pedro Quevedo es diputado de Nueva Canarias en el Congreso.

Pedro Quevedo*

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