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El 'caso Pamparacuatro'

Francisco Pomares

Sería injusto aplicar al juez Pamparacuatro una vara de medir distinta de la que se reclama para los demás. Yo mismo censuré hace un par de meses lo que me pareció una estrambótica ralentización del caso, que Pamparacuatro intentó justificar en su auto con la historieta del escaner estropeado. Pero no debemos olvidar que la querella presentada contra él por retraso intencionado forma parte de una reiterada estrategia de la defensa de uno de los imputados, el empresario Evaristo González, que –dicho sea de paso- es precisamente quien origina con sus denuncias todo este chusco ‘affaire’. No debiera tener la misma consideración una acusación independiente que una cuyo obvio objetivo es perseguir beneficios procesales. Para un juez, verse implicado como imputado en una querella por dilación procedimental intencionada debe resultar bastante triste y bochornoso, pero a Pamparacuatro le ampara exactamente la misma presunción de inocencia que siempre se reclama para cualquier imputado.

De hecho, su apartamiento preventivo de la tramitación del ‘caso Corredor’ nos obliga a la reflexión sobre el alcance y daño que cualquier imputación provoca en quien la sufre, aunque ni predisponga necesariamente a un juicio negativo, ni todas las imputaciones tengan –como no la tienen todos los delitos- la misma calificación moral. Nuestra sociedad tiende a una simplificación creciente de todos sus mecanismos y discursos. Acostumbrados al agobio del ruido informativo, y a conseguir respuestas y explicaciones para todo con el único esfuerzo de un ¡clic!, estamos renunciando a interpretar autónomamente los acontecimientos que realmente nos interesan. Cada vez más, queremos explicaciones sencillas y reglas generales, queremos saltarnos la parte compleja y difícil y que nos digan cómo pensar. Una de las consecuencias de esa nueva querencia de este tiempo 3.0 es que convertimos automáticamente a los acusados en culpables, y a todos los culpables –si son gente pública- los tratamos con la misma consideración, como si fuera lo mismo cometer un crimen de forma intencionada que equivocarse en una gestión.

Pero la solicitud de retirada de las imputaciones contra Clavijo, planteada ayer mismo por la fiscalía coincidiendo con el encausamiento del juez, complican la posición de Pamparacuatro. Al final, puede acabar siendo él mismo víctima de un sistema basado en que son los medios y las redes y nos los tribunales los que juzgan y condenan.

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