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Podemos, bastión de todas las luchas

Laura Fuentes

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Si echamos la vista atrás, muchas ya no recordamos cómo era la vida antes de Podemos. Este movimiento revolucionó, no sólo el panorama político nacional, sino que puso patas arriba nuestras vidas. Nos devolvió la fuerza, energía y ganas para querer cambiar las cosas. Estábamos huérfanos. Tragábamos con la mentira y mediocridad que nos rodeaba, nos movíamos con apatía entre la desconfianza, la desigualdad social y el hastío político, porque los de arriba siempre nos ganaban la partida. Ya no nos sentíamos representados, no creíamos en el sistema de partidos ni en la alternancia repetitiva entre PP y PSOE. Dejamos de tener fe en la democracia. Dejamos de creer que nuestra voz contaba. Dejamos de sentir que éramos necesarios y necesarias.

Pero llegó el 15M. Muchas lo vivimos como la expresión máxima de la libertad y de la reivindicación. Nos devolvió nuestra dignidad y las ganas de recuperar derechos, arrebatados a golpe de recortes económicos. Generaciones enteras unidas, exigimos a gritos que anhelábamos un cambio.

Y la ilusión de que el cambio fuera posible se vivió en las elecciones europeas. Era una ilusión contenida, ésa que te genera cosquillas en el estómago porque sabíamos que algo estaba a punto de modificar el rumbo de la historia. Eso fue Podemos. Un grito de rabia e ilusión que se plasmaba en caras como las de Pablo Iglesias, Pablo Echenique o Teresa Rodríguez, que representaban todo un pueblo, que tras una eternidad, se dio cuenta de que podía truncar la historia, y sobre todo construirla.

Era la hora de la gente. Recordamos que podíamos decidir, que éramos no solo necesarios, sino imprescindibles. Se demostraba que la verdadera manzana podrida de esta sociedad era la clase política que nos gobernaba. Que los de arriba eran los responsables de que no tuviéramos perspectivas de futuro, pero tampoco presente.

Podemos nació justo en ese momento. Nació de la indignación y de tantas luchas sociales que colectivos y movimientos llevaban años abanderando. Podemos se convirtió en un espacio abierto a todas las personas, donde la diversidad se hizo bandera junto con la inconformidad. Un lugar de lucha, donde defender con fuerza la igualdad y la justicia. Podemos es una herramienta que permite crear armas para construir, con nuestras propias manos, todo aquello que imaginemos juntas y juntos. Con Podemos es posible edificar un nuevo futuro dentro de un sistema que nos pisotea y olvida a los de abajo, que nos intenta relegar a un lado para que no tengamos voz.

Podemos es hoy el altavoz de la gente, y nosotros, los de abajo, su melodía. Podemos es el lugar donde, especialmente, jóvenes y mujeres alzamos nuestra voz al mundo político y al patriarcado que siempre se ha empeñado en callarnos.

Participar es la clave. Poder contribuir para cambiar las cosas. Sumar. Es más, soñar. Participar para recuperar la dignidad, para decirles a políticos y empresarios que no nos den más codazos porque esta vez no nos van a hundir. Participar para que sepan que estamos aquí, que estamos unidos y unidas para recordarles que existimos. Participar para reclamar nuestros derechos por encima de sus beneficios. Participar para clamar que no somos mercancía, que no nos pueden relegar a una esquina. Participar para gritar que no queremos que construyan este país, sin nosotras, dinosaurios políticos y conservadores de un sistema injusto basado en desigualdades y privilegios del pasado.

Podemos es un movimiento gigantesco e imparable. Seremos seña y referente de una época. Somos respuesta y pregunta permanente de un tiempo. Por eso Podemos debe ser una herramienta. Debe ser Bastión, como diríamos los frikis de Juego de Tronos. El Bastión de todas las luchas y tormentas sociales. Podemos debe romper las cadenas, ser el lugar donde desembarquen todas las luchas dignas.

Con una sonrisa, con cientos de manos unidas para mejorar la vida de la gente, vamos a construir el Podemos que queremos, para comenzar a levantar una sociedad más digna, justa, feminista e igualitaria. Sin duda, lo mejor está por venir.

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