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'Sauna'

Eduardo Serradilla Sanchis / Eduardo Serradilla Sanchis

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Éste es el prólogo de Sauna, la segunda película del director finlandés AnttiJussi Annila, una pesadilla desasosegante que se desarrolla a finales del siglo XVI en el embrión de lo que hoy se conoce como Finlandia.

Sauna recurre a un lugar físico tremendamente importante en la vida de los habitantes del país nórdico y lo utiliza para contarnos una historia llenas de pecados y la infructuosa búsqueda de una redención para ellos. Por aquel entonces, la sauna era el lugar idóneo para limpiar tus pecados, limpiar tu vergüenza y salir limpio de todo. Se llevaba a los recién nacidos y a los difuntos a la sauna. En pocas palabras, era el sitio en el que se purgaban los males.

Con una base tan sólida como la que comenta su director, el guión de Sauna arranca en una época de profundos cambios en un territorio que todavía estaba lejos de ser el país que es hoy en día.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que el año en el que se desarrolla la película es el 1595. En aquel año se trazaron las primeras fronteras de Finlandia, algo que se repetiría cuatro veces más en los siguientes siglos.

Hasta entonces, Finlandia era un lugar al que se nombraba, pero del que no se tenía una imagen clara al buscarlo en un plano.

Sus primeras menciones en los libros de historia provienen de los siglos primeros y sexto, pero no será hasta el año 1229 cuando se denomine el territorio con el nombre de Finlandia. En aquella ocasión fue el papa Gregorio IX el que asumió la protección del territorio, algo que luego se encomendó al duque Bengt, hermano del rey sueco Magnus Ladulas, en 1284.

A partir de entonces, la influencia del reino de Suecia se irá extendiendo hasta el siglo XIX.

Con el auge de la corona sueca, Finlandia se desarrollará bajo la tutela de la corona y la influencia que emanaba de su capital, Estocolmo.

Los años finales del siglo XVI estarán marcados por los problemas de sucesión y las guerras con la vecina Dinamarca, algo que terminaría por aislar a las pocas ciudades que, en aquel momento, existían en Finlandia del poder de la corona sueca. Además, todo aquello fue utilizado por el cada vez más poderoso imperio ruso, deseoso de expandir sus territorios dentro de las fronteras finlandesas.

En el año 1595, la corona sueca estaba inmersa en lo que se conoció como The Club Wars, desatadas por los ya mencionados problemas de sucesión entre Sigismund y su tío Karl IX, contienda que acabaría afectando la sede del Gran Ducado de Finlandia, situado en la ciudad de Turku.

Por tanto, la fecha en la que arranca Sauna tiene un enorme significado para la futura historia del país y coloca a los distintos protagonistas de la historia del lugar, en una de las muchas encrucijadas que debió soportar Finlandia hasta su independencia en 1917.

Los protagonistas principales son dos hermanos, Eerik and Knut, totalmente antagónicos en su comportamiento y en la manera de entender el mundo. Eerik es un guerrero cuya vida gira alrededor de la contienda. Tiene una vida cerca de la corte, con una esposa que le espera, pero la vida civil es un demonio del que no para de huir.

Knut es una persona volcada en trazar unos planos que delimiten las fronteras de su país, el cual tampoco es que conozca a la perfección, dado que su vida pertenece a otro lugar. Aún así, Knut posee ese sentimiento nacionalista que tanto ha dado que hablar a los historiadores, sobre todo, porque Finlandia siempre ha permanecido en una especie de limbo “oficial”, del cual sólo salió cuando logró independizarse del imperio ruso.

La relación con su hermano está marcada por una admiración que, a medida que ha ido pasando el tiempo, se ha transformado en una frontera mucho más insalvable que la que pretenden trazar. Knut no entiende muchos de los comportamientos de su hermano, ni siquiera los acepta y por más que busca una explicación, no logra encontrarla.

Junto a los dos hermanos están los oficiales del imperio ruso, avanzada de un poder que luego también marcará la historia finlandesa. Liderados por los oficiales Semenski y Rogosin, los eslavos se convertirán en el contrapunto perfecto para proclamar, en voz alta, los excesos y pecados de Eerik y los miedos de Knut.

Todo cambiará cuando el grupo llega a uno de los muchos asentamientos, sin nombre ni registro, que ocupaban buena parte del territorio finlandés. Y allí, en medio de una laguna, está situada la sauna que da nombre a la película. Aparentemente, aquella construcción lleva desde siempre allí, antes de que unos monjes llegaran al lugar o de que los habitantes de aquella aldea decidieran vivir allí.

Ya se ha dicho la importancia de la sauna dentro de la vida y la cultura finlandesa, sobre todo en un lugar tan condicionado por su clima, de frío extremo, buena parte del año.

La diferencia es que esta sauna es distinta, inquietante, tanto para los habitantes del lugar como para los recién llegados. Y por mucho que se quiera, el lugar no podría, ni en un millón de años, llegar a purgar los pecados que los protagonistas arrastran tras de sí, circunstancia sobre la que gira toda la trama de la película.

El problema para los protagonistas es que en Sauna no hay redención. Así que cuando la persona mira se encuentra con la verdad que la atormentará.

A.J.Annila, con Sauna, lleva hasta el territorio del terror psicológico y el miedo más visceral un lugar y una idea que, por extraño que le pueda parecer a una persona de otro país, no ha perdido vigencia en la sociedad finlandesa.

La diferencia es que su Sauna se acaba convirtiendo en un descarnado espejo de una realidad y un momento marcado por los excesos y por las víctimas inocentes que desconocían los problemas de sucesión de la corona sueca y la falta de fronteras para el territorio finlandés.

A.J.Annila no evita recursos propios del género, tales como el asustar al espectador con una aparición llegada desde el pasado de los protagonistas, pero, al revés que en el cine occidental, no gusta de largos parlamentos ni explicaciones que en poco o nada ayudan a la compresión de la narración.

Para Annila es más importante la imaginación del espectador y su capacidad para identificarse con tal o cual situación ?algo que ha aprendido, según sus propias palabras, del mejicano Guillermo del Toro-.

Otra razón de plantear su película de esta manera, se debe a la querencia del director por el cine de terror oriental, el cual evita dar todas las claves, al revés que ocurre en las películas llegadas desde los estudios americanos.

Con ello, Annila logra que la misma sensación, tensa, húmeda e incómoda que viven los protagonistas se traslade hasta los espectadores, los cuales terminan por estar tan incómodos como los personajes que se mueven en la pantalla.

De todas maneras, su mayor virtud, como ya ocurriera con su película de debut, Jade Warrior, es que Annila no pretende refundar las bases del cine de género sino contar una historia de errores pasados, pecados sin redención y las consecuencias de todo ello, de una manera simple, clara y consecuente.

Dicha honestidad narrativa se ha convertido en la mejor carta de presentación para un director que ha abierto una puerta para que otros realizadores finlandeses traten de dar su visión del cine de género, siempre deseoso de encontrar nueva formas de contar lo que tantas veces hemos visto en una pantalla.

Para más información: http://www.bronsonclub.fi/sauna/

Eduardo Serradilla Sanchis

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