La aritmética no cura

- Desde un punto de vista lógico –razonaba- estos delirios y angustias deberían tratarse a base de simples matemáticas: usted ingresa tanto al mes y es imposible que pueda disfrutar de los bienes y servicios de los que goza su vecino, porque él gana el doble que usted. Lo malo es que las matemáticas no curan estas dolencias. Los presupuestos domésticos o personales dan para lo que dan. Y los endeudamientos para aparentar lo que no se es provocan situaciones de estrés y sentimientos de culpa que jamás convencen ni a los bancos ni a los acreedores. En este país, las Comunidades son, un poco, como las familias. Y sus presidentes y consejeros de Economía como el ama de casa que espía, envidiosa, a través de las ventanas de sus vecinos, al patio y al garaje, para ver qué televisión de pantalla plana se han comprado y el cochazo que acaban de adquirir. Como las autonomías no disponen de un sueldo, sino del reparto de unos ingresos estatales sumados a sus propios recursos, reclaman a Papá Estado no quedarse por debajo de los demás y miran con lupa qué reciben los otros. Su frustración, si no consiguen la equiparación deseada, no se queda en las entretelas de su reconcomio. La trasladan a la ciudadanía de su Comunidad. El Gobierno nos trata mal. O sea, peor que a Cataluña o Cantabria, por citar algunas regiones al buen tuntún. Si el Gobierno de la nación es, además, de color distinto del Gobierno de la Autonomía, las quejas son mucho más airadas y ácidas, por supuesto. Sin embargo, Solbes lo ha explicado clarito: las pretensiones autonómicas no se pueden plantear como un debate en el que todos quieren tener cada año más y recibir por encima de la media. Eso no sale, concluye el ministro. Y es de una sencillez aplastante: si todos estuvieran por encima de la media, la media cambiaría de inmediato y sería otra, más elevada, en la que, de todos modos, algunas comunidades tendrían que quedar por debajo. Y vuelta a empezar. Para las autonomías, como para los pacientes de mi amigo el psiquiatra afectados por el síndrome de la emulación acumulativa, la aritmética no es una medicina que remedie nada, a lo que se ve.

José H. Chela