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La educación pública ante el 28-A

Antonio Chamorro Segovia

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Se acercan elecciones y de nuevo las propuestas estrella de algunos partidos compiten en originalidad: ¡Más bilingüismo! ¡Asignatura de españolidad! ¡Cheques para escolarizar en el colegio que quieras!

Los fuegos artificiales están bien, pero después de Nochevieja viene todo un año de malabarismos cotidianos. Llevo años dando clase y creo que la propuesta estrella en educación está en las antípodas de estas ocurrencias electorales. Pero quiero desarrollarla al mismo tiempo que aclaro una cuestión básica, ¿qué papel juega el sistema educativo en la sociedad actual?

Entre otras funciones (como son preparar al alumnado para ejercer la ciudadanía o capacitar para un empleo), el sistema educativo ha supuesto históricamente una vía de promoción social para las hijas e hijos de las clases populares, un mecanismo igualador de oportunidades.

Sin embargo, en otras ocasiones ofrece una cara oculta, la de ser una institución reproductora y legitimadora de la clase social de origen. Muchos estudios académicos dan veracidad a este efecto perverso de la educación.

Las personas comprometidas con los intereses de las clases populares creemos que la preponderancia de uno u otro efecto depende de la correlación de fuerzas políticas que se de en un momento histórico determinado. Por eso nos jugamos mucho el 28 de abril.

Para que el sistema educativo sea efectivamente una institución al servicio de la justicia social y la equidad (dar más a quien más lo necesite), se necesitan propuestas políticas de calado en cada una de las siguientes esferas:

Recursos. Las propuestas estrella, algunas divertidas, otras desconcertantes, tienen algo en común: no cuestan un duro. Conviene recordar que la inversión pública en educación como porcentaje del PIB es de un 3,6% en Canarias (2019) y un 4,25% en España (2016), muy por debajo de la media de la UE o la OCDE. Lo interesante de este indicador es que no habla de cantidades absolutas, si así fuera diríamos que gastamos en educación más que hace cuatro años o más que Portugal. Al tratarse de una relación entre lo invertido y la riqueza en cada momento, tenemos una idea más clara de la importancia que los gobiernos dan a la educación: Invertimos menos porcentaje del PIB en educación que hace cuatro años y menos que Portugal.

De eso hablan pocos partidos, aunque del silencio se sacan más conclusiones que de las palabras. ¿En qué podría traducirse este aumento del presupuesto? Pues más inversión implicaría universalizar la Educación Infantil de 0 a 3 años (en Canarias estamos a la cola de España), consiguiendo un efecto compensador de las desigualdades en edades tempranas, sobre todo en las familias de menos recursos.

Con más inversión se podría contratar a más profesorado (de materias, orientación, especialistas en necesidades específicas de apoyo educativo, audición y lenguaje, etc.) bajando así las malditas ratios y mejorando la atención prestada a cada estudiante.

Sólo dos partidos mencionan el aumento del gasto en educación en sus programas electorales, el PSOE y Unidas Podemos, aunque el primero nunca nos homologó con la media europea en los periodos en los que gobernó.

Currículo. En el colegio se enseña mucho más que mates, lengua o biología. Se transmiten valores, pero claro, aquí cada profe tiene sus valores y su ideología, ¿cómo ponernos de acuerdo? Ya seamos de izquierdas o de derechas, creo que no estaría mal inspirarnos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en el articulado de la Constitución Española, eso sí, continuando más allá de las cuestiones territoriales.

Frente a la nueva oleada machista y xenófoba, la escuela debe erigirse como garante de una ciudadanía crítica, reflexiva, culta y solidaria. Más allá de la creación de nuevas materias, creo fundamental hacer énfasis en la formación del profesorado en cuestiones como la crisis ambiental, la desigualdad entre hombres y mujeres, la pobreza y falta de libertades en gran parte del planeta. ¿De qué sirve hablar de los derechos LGTBI si el profe al que le toca dar la asignatura es un homófobo declarado?

No volvamos a repetir los mismos errores del siglo XX.

Organización. Un aspecto que aparentemente puede resultar facilitador de la igualdad de oportunidades en el sistema educativo son los agrupamientos que se supone ayudan a atender mejor la diversidad: Programa de Mejora de la Convivencia (PROMECO), Programa de Mejora del Aprendizaje y el Rendimiento (PMAR), Formación Profesional Básica (FPB), los programas de bilingüismo, etc. Sin embargo, lejos de actuar como adaptaciones a los distintos perfiles de alumnado con el fin de alcanzar los mismos objetivos que el resto, acaban por convertirse en guetos en los que es muy fácil entrar pero casi imposible salir (los programas de bilingüismo acaban siendo “grupos buenos” segregados del resto).

¿Se ha evaluado si esas medidas son efectivas? ¿Qué porcentaje del alumnado vuelve a los grupos ordinarios después de estas medidas de apoyo? Enlazado con el primer punto, creo que no hay mejor medida de atención a la diversidad que bajar las ratios: Grupos menos numerosos en lugar de grupos diferenciados.

Termino con una de las mayores amenazas a la educación pública y que lamentablemente está en la agenda de los partidos del bloque de derechas: La enseñanza concertada.

Lo que empezó siendo un apoyo coyuntural a la expansión de la enseñanza obligatoria, dando recursos públicos a centros privados para que atendieran una demanda creciente, ha acabado por convertirse en una red que perpetúa las desigualdades sociales de origen.

Hablamos de empresas privadas que tienen cubiertos los gastos de personal y mantenimiento, y aún así cobran cuotas obligatorias ilegales a las familias. Con estas cuotas, 1º, pueden ofertar más servicios y 2º, se quitan de encima a alumnado de familias de bajos recursos económicos, convirtiendo a la educación pública en una red subsidiaria para quienes no pueden permitirse otra alternativa.

Ojo, que no estoy en contra de la enseñanza privada ni de las familias que quieran elegir esa opción. Lo indignante es que el Estado subvencione a esas empresas y permita el filtro socioeconómico de cobrar cuotas ilegales, fomentando la segregación del alumnado. Y no lo digo yo, según el informe “Datos y cifras. Curso escolar 2018-2019” del Ministerio de Educación, la educación pública atiende a una mayor proporción de alumnado inmigrante y con NEAE (necesidades específicas de apoyo educativo) que la privada concertada.

Tampoco quiero arrojar toda la responsabilidad en las familias. Como expresé al principio del texto, todas desean que sus hijas e hijos promocionen en la sociedad con el apoyo del sistema educativo y no dudo que vean al sistema público como garante de derechos básicos universales. El problema viene cuando existe una oferta adulterada que provoca una demanda condicionada. Me explico: En un radio de 2 kilómetros en torno a mi casa (La Cuesta) existen dos centros públicos donde cursar la ESO frente a ocho concertados. La decisión a tomar ahora no es tan sencilla, y la responsabilidad de dicha situación debería recaer sobre la administración educativa, no sobre las familias.

En este sentido las propuestas de PP, Ciudadanos y VOX ahondan en esta línea privatizadora del servicio público: Más “libertad de elección”, extendiéndola incluso a etapas postobligatorias como el bachillerato (PP). Ciudadanos apuesta por garantizar “el derecho a las familias a elegir la educación de sus hijos” y promete prohibir las cuotas de la concertada al mismo tiempo que dice que desgravarán a Hacienda (¿?). El PSOE no menciona nada en su programa, mientras que Unidas Podemos es el único grupo de carácter estatal que define la escuela pública como eje vertebrador del sistema educativo, prometiendo prohibir las cuotas ilegales de la concertada y los conciertos a centros que discriminen por razón de sexo.

He tratado de ser objetivo, pero no soy imparcial. Mi compromiso es con la educación pública y mi alumnado. Infórmate antes de votar, tal vez tu trabajo, el futuro de tus peques o la visión que tienes de la educación estén en juego el próximo domingo.

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