El paso definitivo

La coyuntura actual sitúa a las mujeres españolas en el momento más crucial desde la transición democrática de nuestro país y convierte en un reto la igualdad en todos los ámbitos de su vida.

Las mujeres nos hemos ido incorporando exitosamente a todos los espacios sociales y laborales pero, pese a desarrollar las mismas tareas que ellos en idénticas condiciones, continuamos con salarios más bajos, puestos de inferior responsabilidad y de menor reconocimiento. Tampoco es fácil compatibilizar trabajo y familia.

Por primera vez en 40 años, la población activa femenina ha descendido en España en 60.000 mujeres, situándose en el 53,9%. Desde que gobierna el PP de Rajoy se han perdido 162.000 empleos femeninos. El número de desempleadas se ha disparado a 200.000 personas, y las mujeres que trabajan, de media cobran un 24% menos que sus compañeros.

Aquí están los datos, y cada dato es la historia de una mujer que lucha por cambiar las cosas pero que se empotra contra un PP que esconde esta realidad y opta por ir a por ellas, despojándolas de derechos y pretendiendo acorralarlas en un callejón cuya única salida bloquea con sus políticas regresivas y arcaicas.

Es imposible, en el espacio que ocupa este artículo, exponer los muchos agravios que el Partido Popular ha dedicado a los hombres y mujeres de nuestro país en estos últimos años en materia de igualdad. Y digo hombres y mujeres porque conviene insistir en que ésta es una lucha de la sociedad, de toda la sociedad, y hoy, más que nunca, necesitamos su complicidad.

Precisamente, los muchos errores del PP se han debido a su rechazo a contar con la sociedad en sus políticas, de tal forma que no han existido las propuestas sino las imposiciones desde el rodillo de su mayoría parlamentaria. Fue la presión social, política y también interna en su propio partido lo que obligó a Rajoy a retirar su reforma de la ley del aborto y a cesar al artífice principal de esa ofensa para las mujeres, pero ahora reaparece con una propuesta con la que pide derogar el artículo de la ley vigente que contempla que las mujeres de 16 y 17 pueden interrumpir su embarazo sin permiso de sus padres cuando se encuentren en una situación de violencia intrafamiliar, de malos tratos, de coacciones, de desamparo o de desarraigo. ¿Con qué objetivo? Con el de darle una última satisfacción a su electorado más radical y retrógrado, con el agravante de que lo hace por la puerta de atrás para evitar así tener en cuenta la opinión del Consejo de Estado y del Consejo General del Poder Judicial.

También el anteproyecto de corresponsabilidad parental con el que el PP quiere imponer la custodia compartida supone un nuevo retroceso en materia de protección en violencia de género y representa un nuevo obstáculo en la aspiración de libertad y tranquilidad de la mujer víctima de malos tratos. Desde el PSOE seguiremos apostando por una custodia en positivo, con acuerdo entre progenitores, no impuesta, porque es de sentido común que un maltratador no es un buen padre.

En cuanto a dependencia, nos encontramos con que también son las mujeres las más perjudicadas por los brutales recortes del PP en este ámbito. Ellas representan el 67% de las personas que reciben prestaciones o servicios. Más datos que duelen: la pensión media de jubilación de las mujeres es de 637 euros, mientras que la de los hombres es 1.071; la pensión media de viudedad es de 596 euros y una cuarta parte de las mujeres mayores de 65 años se encuentran en situación de vulnerabilidad ante la pobreza.

En el sector de los servicios sociales, el 85% de las personas que están en alta en Seguridad Social son mujeres; el 92% de las personas cuidadoras con convenio especial en la Seguridad Social son mujeres; de entre las mujeres cuidadoras, un 43% son hijas, un 22% son esposas y un 7,5% son nueras de la persona cuidada. En la mayoría de los casos no existe una ocupación laboral remunerada de la cuidadora.

Pese a todo ello, el PP ha quitado más derechos a las trabajadoras, eliminando gran parte de los que tenían en función de la maternidad. Ha quitado derechos a los dependientes y a sus familias, está aplicando la mayor subida de impuestos de la democracia, circunstancia que perjudica más a quienes tienen economías más débiles, donde las mujeres son mayoría. Gran número de las medidas que está aplicando dificultan, cuando no impiden, la conciliación laboral y familiar, y está recortando su libertad sobre el derecho a decidir acerca de su maternidad.

El PSOE sigue defendiendo y protegiendo los derechos de las mujeres. La próxima semana, el Congreso debatirá una iniciativa socialista a favor de la igualdad salarial, en una apuesta contundente por la transparencia en las empresas, que deberán informar de la situación laboral de los hombres y mujeres de su plantilla. Con propuestas como ésta queremos acabar con la triste realidad de que las mujeres están siendo las grandes damnificadas de las políticas del PP, pero también perseguimos un mayor compromiso empresarial con el objetivo de erradicar la discriminación salarial por sexos.

Es necesario garantizar derechos y avanzar en igualdad, evitando cualquier retroceso, tanto desde el Gobierno central como desde las comunidades autónomas y ayuntamientos. Además, hay que asegurar el desarrollo de una educación en valores cívicos y en igualdad, libre de sesgos de género, de androcentrismo.

En definitiva, hay que blindar en la Constitución las políticas de igualdad, haciendo en ella una nueva lectura con incorporación de la perspectiva de género de forma transversal, en todos sus artículos. La calidad de nuestra democracia requiere una participación equilibrada de mujeres y hombres en los espacios de representatividad y en todos los ámbitos y niveles de toma de decisiones.

Es tarea de todos y todas.

*Lola Padrón es presidenta del PSOE de Canarias y portavoz parlamentaria de Igualdad.