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Dos argentinos distintos

Cristóbal D. Peñate

El papelón de los de los senadores canarios del PP en el pleno de las prospecciones petrolíferas fue de traca. Pepa Luzardo presumió en la víspera que todos sus compañeros de partido votarían al unísono a favor de los trabajos de Repsol, o sea, a favor de su amado líder, el ministro más dicharachero de Barrio Sésamo. Al día siguiente sus compañeros de Baleares votaron a favor de Baleares, mientras que los senadores populares de Canarias lo hicieron por Repsol, el Ministerio de Industria y Energía y el Partido Popular. La cara de Pepa era un poema, no se lo podía creer. Su voz tembló en la radio cuando trató de justificar el lío en su propio partido. Tartamudeó como nunca, se trastabilló, no encontraba palabras para explicar la confusión.

Esa es la diferencia entre unos senadores que defienden a su tierra y los que obedecen órdenes disciplinadamente. Nadie le ha dicho a esta gente que están en la cámara alta para defender a los paisanos que los han votado, no a los caprichos de un ministro que se cree Messi desde que un secretario de Estado lo bautizó así el sábado pasado.

Soria no contaba con que enfrente tiene a Paulino Rivero, un colchonero de pro que no juega al fútbol como Diego Costa, pero que sí mueve el banquillo como Simeone, con su estrategia cholista y tal. Y sobre todo, está acostumbrado a sufrir, aplicando el lema de Cela: el que resiste, gana.

En la entrevista que tuvo con Rajoy en La Moncloa le comió el tarro, en contra de las intenciones del ministro de Telde, y eso produjo una confusión en las filas del partido conservador en el Senado. Cuatro días tardaron en reaccionar sus señorías, por lo que se demuestra que ese trabajo no es para ellos y que el senado, efectivamente, sobra.

Los senadores del PP balear han pedido respeto a sus correligionarios canarios porque éstos se han dedicado a descalificarlos por cumplir con su deber, esto es, votar a favor de su gente y no de una multinacional petrolífera o del capricho de un jefe de filas.

Los dirigentes del PP canario y sus senadores han hecho un ridículo tal que no se explica por qué no han dimitido ya. Rivero asegura que nunca miente y que Rajoy ve los sondeos como un problema. Lo que no especificó es si se refería a los petrolíferos o a los electorales. Tal y como está la cosa, es preciso que los populares no vuelvan a confundirse.

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