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¡No nos protejan tanto! por Matías Ayala Padrón

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Hoy las cosas han cambiado, los científicos advierten de los temblores meses antes de que nos tiemblen los pies y no tienen una sola voz, ni unidad de criterio. En el comité científico asesor ni son todos, ni están todos, tampoco dicen lo que va a ocurrir (será burra o burro o a lo peor mulo, “informan”), y cuando se atreven a mojarse no aciertan (ya sabemos que si afirman que se está apagando la vela es que mañana tenemos un cirio o que el sismo fuerte que vendrá es el temblor que ya sentimos). No pedimos adivinos pero sí información transparente, coordinada y responsable, es decir, que se olviden de sus pleitos y divinidades para recordar que aquí abajo vive gente, con oreja y criterio, que escucha y padece las homilías de tanto predicador. Por cierto, de lo que ya ha ocurrido sí debemos tener más información, por ejemplo de gases y manchas no se sabe todavía su composición en las distintas fases de evolución de la erupción, aún nadie ha confirmado con certeza de que murió el pescado y de si podemos consumirlo en otras partes de la isla, sólo se recomienda el no sabemos qué. De la composición de los piroclastos aún no sabemos a ciencia cierta si sus componentes son o no explosivos. Lo cierto es que hoy estamos muy lejos de tener confianza en ellos, y eso en situaciones de emergencia significa caos.

Siguiendo la comparación con la actuación en el Teneguía, tampoco las autoridades locales están siguiendo las recomendaciones de los científicos, de hecho no hay autoridades locales, todo ha quedado en manos de un órgano externo (PEVOLCA) que gobierna la isla como virreinato dentro del paulinato. Pero es que tampoco el director del PEVOLCA sigue las recomendaciones del comité científico, porque para seguirlas hay que escucharlas y no buscarlas interesadamente. Se puede solicitar el informe científico de muchas maneras, pero nunca buscando que te den riesgo cero en la peor y más improbable de las hipótesis buscadas.

¿Qué probabilidad hay de que sea en tierra? ¿Y de que sea en la cumbre? ¿Y de que sea explosivo? ¿Y de que haya gases tóxicos? ¿Y de cuánto pueden ser los temblores? ¿Y puede haber desprendimientos? Todas estas y otras preguntas tienen una o varias respuestas científicas pero siempre con las palabras “probable” o “improbable”, porque no estamos ante un fenómeno cierto, como no lo es tampoco una tormenta o un incendio (y eso que lo vemos). Entonces por qué, con el fin de tomar decisiones de seguridad, se le pregunta siempre al comité científico: ¿seguro? ¿Ustedes están seguros de que no va a salir por allí? ¿Están seguros de que ?? ¡Ahhhh!. Pues no me arriesgo, ¡cierre! ¡Evacuación!. Así es fácil tomar decisiones. ¿Evacuaría, en situación similar, Garachico, Arona o Corralejo durante una semana? ¿Cerraría tres días el túnel de la Laja? ¿Cerraría la carretera al Teide porque a un analista le dio un mareo sin importancia mientras cogía muestras?

El asunto podría ser un problema de falta de personalidad y experiencia. Pero, y si no es eso. Y si lo que está ocurriendo en El Hierro es que se busca la excusa para aplicar la política que muchos herreños han padecido: si eres simpatizante con la causa puedes estar tranquilo, si no a sobrevivir y cuando ya no puedes más, cuando estás hundido, “toca tocar” en el despacho pertinente para recordar el derecho y agradecer el favor al Salvador.

Creo, honestamente, que esto es lo que está ocurriendo, y si no, que expliquen por qué el PEVOLCA se reúne para escuchar el informe del comité científico y la decisión tomada por su director, siempre en calidad de oyente. Para eso no hace falta reunirse, informen por escrito, sms o por la TV Canaria (de hecho se han tomado decisiones de cierres y evacuaciones que las autoridades locales conocieron gracias a este medio). La penúltima jugada fue enviar a un comisionado en guagua, experto en entregar talones a los residentes canarios en el exterior, para atender las demandas de ayuda del pueblo herreño; y la última conocida: decirle al alcalde de La Frontera, salta hoy que mañana abro, y dicho y hecho, ¡ya no hay problema con el túnel! Y eso que hace dos días estaba cayéndose y ayer recordaban los científicos que todavía podrían sentir temblores superiores a 4.5. Actuaciones que dicen mucho de en qué lugar sitúan algunos a El Hierro, a sus instituciones, a sus autoridades y a sus habitantes, y por supuesto de cómo deben tratarnos.

Realmente comparar lo ocurrido con el Teneguía y lo que está ocurriendo en El Hierro no tiene mucho sentido. Allí hubo ignorancia y tino, aquí soberbia y desatino. Han hundido a la isla de El Hierro a conciencia, y lo han hecho más allá de la cruda economía, “nos tienen comida la moral”.

A la imperdonable moción de censura se unió las elecciones y nos han tomado por tierra a quemar con la excusa del volcán, de forma que el Salvador de turno tenga su venganza (acabar con el nuevo poder en El Hierro e instaurar el virreinato del PEVOLCA) y su mísero fruto (votos). Para algunos un centenar de votos vale la pena aunque sea a costa de darle un tiro mortal a un pueblo. Pues bien, ya lo tienen, enhorabuena al senador, pero esperemos que, aparte de cientos de preguntas, miles de enmiendas y los 250.000 ? que cobrará en cuatro años, gestione soluciones para sus empobrecidos paisanos, aunque a este paso no será suficiente con llenar la segunda maleta, pero si hace falta le pagamos la tercera, al fin y al cabo, como de tercera nos tratan.

*Matías Ayala Padrón es presidente del PSOE de El Hierro

Matías Ayala Padrón*

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