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La competencia desleal se subvenciona en Canarias por Agustín Márquez Fernández

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La Palma, Gomera, Hierro, Fuerteventura, Lanzarote y La Graciosa, se ven sometidas a las prácticas restrictivas de la competencia derivadas de unas normas que recientemente han entrado en vigor y regulan una serie de subvenciones al transporte entre islas, que dejan a las “islas menos pobladas” en una situación muy desfavorecida en lo que respecta a la industria y otros sectores; no sólo en el sentido de frenar y dificultar la implantación de nuevas plantas industriales, sino porque eliminan de la competencia a las existentes, que son escasas y de pequeña o mediana dimensión, tales como las industrias panaderas, harineras, de la construcción, etc., pero que generan una importante mano de obra y riqueza, equilibrando la sostenibilidad de esas islas, además de garantizar el abastecimiento de productos de primera necesidad.

Con la concesión de las subvenciones al transporte entre islas, se da un paso hacia un nuevo liberalismo falseado, del que hay que advertir que, no solo pone en competencia desleal la producción y distribución de bienes y servicios a las islas grandes con respecto de las pequeñas, sino que también pone en peligro el bienestar social que han llegado a alcanzar las islas menos pobladas tras años de lucha. No se entiende que el Gobierno de Canarias pueda mantener esta política amparándose en diputados de las cinco islas periféricas cuyos votos valen lo mismo que los de las islas capitalinas.

En el asunto que nos ocupa, relativo a las subvenciones al transporte entre islas, así como en el caso del REA (Régimen Económico de Abastecimiento de Canarias), las más beneficiadas son las dos islas mayores y no encontramos inconveniente en el beneficio de esas islas, pues “no vamos a quedarnos tuerto por ver al otro ciego”. Lo que realmente nos parece grave, es que llegan a verse beneficiadas por esta subvención al transporte, a cambio de perjudicar a las islas menores. Es decir que, usando nuestro proverbio, se le da la vista a las islas grandes, sacándole los ojos a las islas pequeñas. La equidad y el sentido de las leyes, debe estar en función de quienes van a verse beneficiados, pero también de los que van a ser perjudicados por las mismas.

Centrándonos en la Normativa de referencia que trae a colación este escrito: El 12-05-06 se publico en el Boletín Oficial de Canarias ( BOC nº 91) una de las Órdenes de subvención al transporte interinsular. El 24 de febrero de 2009, se publica en el BOE el Real Decreto 170/2009 de 13 de Febrero sobre compensación al transporte de mercancías con origen o destino en las Islas Canarias. Y el 21 de marzo de 2009 (BOE nº 69), se publica otro Real Decreto sobre lo mismo.

Los citados Reales Decretos, han sido negociados por el Gobierno de Canarias con el Gobierno de España, sin tener en cuenta a las islas menos pobladas, habiéndose dado el mismo caso con la Orden del Gobierno de Canarias. Del contenido de dicha Orden de Subvención al Transporte Interinsular, así como de los Reales Decretos, se desprende que el objeto de los mismos es subvencionar el transporte de productos que se fabrican en las islas; es decir, se subvenciona, desde Tenerife y Gran Canaria hacia las seis islas menores, y a su vez, desde éstas hacia las dos mayores, cuando debería subvencionarse únicamente el transporte desde las seis islas menores hacia las mayores, para mantener el equilibrio económico interinsular y evitar la desaparición de la industria de las islas menores.

No se establece la subvención del transporte de productos desde la Península y otros países de la Unión Europea hacia Canarias, e incluso se gravan con el AIEM (Arbitrio Insular de Entrada de Mercancías) y se subvenciona por medio del REA (Régimen Económico de Abastecimiento de Canaria); la razón de ello no es otra que proteger la industria de Canarias y al mismo tiempo hacerla competitiva frente a la foránea. Sin embargo, y sorprendentemente, estas normas no siguen el mismo criterio con la subvención del transporte entre islas, de manera que se subvenciona desde Gran Canaria y Tenerife hacia las islas periféricas, cuando vemos que no se subvenciona desde la Península y el resto de la Unión a Canarias, estamos admitiendo la insularidad, la lejanía y la ultraperificidad de puertas para afuera pero no de puertas adentro.

Otra muestra de una buena entendida subvención del transporte de mercancías, al igual que la establecida entre Península y Canarias, es la establecida entre Canarias y la Unión Europea, que sigue un criterio distinto al planteado entre islas mayores y menores.

Con estas medidas vemos como se está protegiendo e incentivando la industria y el comercio de las islas capitalinas y desprotegiendo el de las islas menores en general, que atraviesa actualmente un mal momento y un futuro incierto, debido a esas normas; cuando debería ser todo lo contrario, si tenemos en cuenta el coste de la insularidad, doble y triple, que se encuentran pagando las islas menos pobladas.

No se puede entender como los canarios somos capaces de llegar a Bruselas solicitando protección para la industria canaria por muchos motivos obvios, e incluso estratégicos, para después entre nosotros mismos hacer todo lo contrario, perjudicando la desfavorecida industria de las islas menores, lo cual no lleva sino a la desaparición de esta industria en las islas menos pobladas. Si se aplicara el mismo criterio que con la Unión Europea, no se estaría subvencionado el transporte de las mercancías con origen en Gran Canaria y Tenerife, hacia las islas menos pobladas, con respecto de aquellos productos que se fabrican en éstas, y de aquellos productos que se importan por las islas menores directamente de origen comunitario. Por otro lado, tienen la misma ayuda REA las Islas Pequeñas que las Islas Grandes, cuando debería tratarse de una ayuda mayor.

De seguir aplicándose esta subvención al transporte entre islas, y la discriminación de la ayuda REA en las importaciones directas desde las Islas menores y la Unión Europea, las industrias de las islas menores desaparecerán, no solo debido a la competencia de las industrias comunitarias, sino también a la competencia desleal de Gran Canaria y Tenerife y que de alguna manera, con el visto bueno de la política industrial y comercial llevada a cabo hasta hoy por el Gobierno de Canarias que, si no pone remedio, hundirá la industria y comercio de las islas menores que hoy importan directamente de la Península o tienen industrias que se extinguirán poco a poco y se queden solo las industrias de Gran Canaria y Tenerife. Ni siquiera se está haciendo política industrial y comercial de estas dos islas, ya que la mejor manera de defender la industria de las Islas grandes y de la industria canaria en general, es defendiendo la industria y comercio de las islas menos pobladas que hacen de avanzadilla de las islas grandes frente a la industria y comercio foráneo.

El criterio que Canarias debería plantearse seguir a cabo en lo que al transporte entre islas se refiere, debería ser el mismo que se lleva a cabo en cuanto a la subvención del transporte entre Canarias y la C.E-E, y viceversa. Las islas periféricas de la ultraperiferia de la Unión Europea tienen que estar protegidas interiormente por la misma razón que lo están del exterior.

El invento insólito de la de las “autopistas entre islas”, establece el terreno llano para llevar los productos de las islas capitalinas a las menos pobladas y la pendiente para llevar las manufacturas de las islas periféricas a Gran Canaria y Tenerife, que no es otra cosa que un dumping encubierto, que si grave es hacerlo con dinero privado, insólito es hacerlo con dinero público, es decir, con las subvenciones al transporte y el REA. Falsean el librecambismo y el principio de libre cambio con un proteccionismo a ultranza de Tenerife y Gran Canaria, frente a las otras islas, incentivando la industria y el comercio de estas dos islas grandes para que manden sus productos a las otras islas eliminando la industria y comercio de las islas Menos pobladas con todas las consecuencias.

En otras palabras, se enriquecen a las islas grandes a costa de crear paro y pobreza en las islas pequeñas, al mismo tiempo que se destruye su sector productivo y comercial, pues aunque se defienden todas las manufacturas de las isla por igual mediante el AIEM y no subvencionando los productos que provienen del resto de la Unión Europea; sin embargo, en el mercado del Archipiélago, las producciones de La Palma, Gomera, Hierro, Fuerteventura y Lanzarote, que tienen más costes de producción y un mercado más restringido, quedan a merced de Gran Canaria y Tenerife.

Actualmente las islas grandes se encuentran protegidas por los siguientes regímenes y arbitrios:

1.- REA establece las mismas condiciones de ayuda para todas las islas, sin hacer distinción entre mayores y menores.

2.- AIEM establece un mismo arbitrio para todas las islas, sin distinguir entre mayores y menores.

3.- No existe subvención al transporte entre Península-Canarias de productos fabricados en las islas.

4.- Subvención al transporte entre islas: Las islas pequeñas no tienen ni siquiera la posibilidad de acogerse a esta subvención, puesto que no son competitivas frente a la industria de las islas grandes.

5.- Subvención al transporte entre islas: La dificultad de acceso de las islas menores a esta subvención, sirve a su vez a las islas grandes para protegerse en estos mercados frente a la industria peninsular, ya que no está subvencionado el transporte Península- Canarias de los productos que se fabrican aquí, y si están subvencionado el transporte desde las islas grandes hacia las islas pequeñas, de los productos fabricadas en estas últimas.

La solución sería la siguiente:

Primero. Un REA diferencial para las islas menos pobladas y así equipararlas a Tenerife y Gran Canaria.

Segundo. En las subvenciones al transporte entre islas, se haga la misma lectura desde Gran Canaria y Tenerife a las islas menos pobladas, que se hace C.E.E.- Canarias. Es decir, que no se subvencione el trasporte desde Gran Canaria y Tenerife hacia las seis islas menores, de aquellos bienes que se fabriquen en ellas, mientras que sí debe estar subvencionado desde éstas islas menores hacia Gran Canaria y Tenerife.

Tercero.- Que estando por aprobarse la nueva orden del Gobierno de Canarias de Subvención al Transporte entre Islas, se tengan en cuenta estos criterios expuestos y en consecuencia, se suprima la subvención de las Islas más pobladas a las menos pobladas, con la excepción de aquellas islas que no tengan producción propia industrial.

Cuarto. Que el Gobierno de Canarias acuerde lo oportuno para de manera urgente, acabar con esta situación, procediendo a la modificación de los Reales Decretos mencionados y ordenes del Gobierno de Canarias, en el sentido de corregir esta injusticia que pone en peligro, o mejor dicho elimina, a todo el sector productivo de las islas periféricas.

Es difícil entender el concepto de región ultraperiferica dentro de la Unión Europea aplicado a las Islas Canarias, cuando se vulneran esos principios en el comercio interinsular canario e incluso se establecen subvenciones contrarias a los criterios de ultraperificidad, insularidad y lejanía, incentivando prácticas restrictivas de la competencia mediante subvenciones al transporte.

*Economista de Lanzarote.

Agustín Márquez Fernández*

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