Sobre este blog

Espacio de opinión de Canarias Ahora

La utopía del crecimiento económico

Eustaquio Villalba

0

En Canarias, al igual que en el resto del mundo, se acepta un dogma de fe: el objetivo prioritario de cualquier gobierno es mantener un ritmo de crecimiento del PIB lo más alto posible. No explican que cualquier tipo de crecimiento exponencial es imposible, pues lleva ineludiblemente al colapso. Ya se trate del aumento constante del número de vehículos, de turistas, de la tasa de crecimiento demográfico, de producción de energía, construcción de más kilómetros de carreteras o más infraestructuras, no puede crecer indefinidamente. La razón es bien sencilla y solo hay que darse cuenta de que las leyes del mercado no se pueden aplicar a la naturaleza, que ésta no responde a la demanda. Ante esta obviedad, políticos, dirigentes patronales, economistas o periodistas responden descalificando como catastrofistas a los que nos oponemos a este modelo, propio de los que dicen no a todo, como afirma el actual dirigente de la patronal de la construcción tinerfeña. Pero la realidad está ahí, para verla solo hace falta desplazarse en las horas punta hacia la capital de la isla y comprobar el tiempo que se invierte en tan corto recorrido.

Coalición Canaria ha presidido los gobiernos del Archipiélago desde hace más de veinte años, por lo tanto es este partido el máximo, pero no el único, responsable de la situación actual. Hablan de crisis cuando la cifra de turistas deja de crecer y, cuando es al contrario, lo presentan como la prueba de su buena gestión, nos dicen que ya superamos los doce millones de visitante y creciendo. El espacio en las islas no aumenta y, tampoco lo hacen los escasos recursos de Canarias, por el contrario aumentan la población necesaria para abastecer de mano de obra el mercado laboral, las viviendas, la sanidad, el gasto en educación y todas las infraestructuras necesarias para mantener este constante incremento. La política turística en Canarias claramente solo tiene un objetivo: aumentar su cifra año tras año realizando costosas campañas publicitarias para atraer a nuevos nichos de mercado, como es el de los practicantes de deportes de riesgo o de ultra-resistencia. Para ello, no han dudado en poner a su servicio el patrimonio colectivo de los espacios protegidos y convertirlo es parques temáticos, como denuncian los vecinos de Anaga. No importa que los planes de gestión prohíban muchas de estas actividades al colisionar con el objetivo de la conservación, ellos siempre encuentran la manera de saltarse la norma. Este es el caso de la prueba de ultra-resistencia Bluetrail en El Teide; o de las numerosas competiciones en El Médano, Anaga o Teno. La pregunta es obvia: ¿Cuál es el límite de turistas que tienen previsto?

En las dos islas capitalinas algunos partidos, entre ellos CC, apuestan por los trenes para solucionar el problema de la movilidad y, por supuesto, por la ampliación o la construcción de nuevos kilómetros de autopistas. En el año 2011 Canaria tenía una proporción de unos 700 vehículos por cada mil habitantes, en el 2017 la proporción había ascendido hasta casi 800. Si asignamos un tamaño medio a cada vehículo de entre tres y cuatro metros, significa que en Tenerife, si se pusieran en fila, ocuparían varias veces el total del kilometraje de las carreteras de la isla, tendrían que ponerse unos encima de otros. ¿Cuántos coches más caben en cada isla?

La propuesta de los trenes es tan disparatada, es como si los supermercados utilizaran camiones de treinta toneladas para hacer el reparto domiciliario de las compras. La islas son demasiado pequeñas para basar su movilidad en la combinación vehículo privado y trenes. La línea que cubriría una distancia mayor, la del sur de Tenerife, apenas rebasaría los 60 km, demasiado corta para para este tipo de transporte guiado. Si a eso le añadimos que, con paradas, la velocidad media no puede ser muy alta, que es una infraestructura muy cara, que requiere muchos años de amortización, separa con una barrera la franja litoral del interior de la isla, ocasiona un fuertísimo impacto ambiental y discurre lejos de los núcleos tradicionales de población, no parece tratar de solucionar el problema de la movilidad con trenes sea una buena idea. Los únicos que salen ganando son los accionistas de las constructoras y los “asociados políticamente”. Recurrir a los trenes y más carreteras es lo mismo que si tratamos de solucionar las goteras que hay en nuestra casa y, en lugar de reparar el techo, ponemos cubos más grandes para recogerla. Las causas del colapso circulatorio no es la insuficiencia de la red de carreteras, sino el incremento constante de los vehículos y la apuesta de los gobiernos canarios por el transporte privado y que ha dejado al público como subsidiario, solo para los que no tienen coche. Eso sí, las administraciones públicas dedican grandes cantidades de dinero a estudiar, por ejemplo, el problema de la masificación de coches en El Teide cuando el parque carece, y desde hace muchos años, de un servicio de transporte público que merezca tal nombre. Otra prueba es la disminución de la escasa oferta pública los fines de semana en el parque rural de Anaga, una decisión que contribuye decisivamente al colapso circulatorio que afecta a este espacio protegido los días de máxima afluencia de visitantes.

Hace pocos días era noticia que la empresa OHL, la constructora del ilegal “mamotreto” en San Andrés y el empresario Antonio Plasencia, ex presidente de la patronal de la construcción provincial, condenado por las extracciones ilegales de Güímar y actualmente cumpliendo condena por el caso de corrupción de Las Teresitas, están implicados en sobornos para obtener la concesión de la obra del dique exterior del Puerto de Granadilla. Dos casos, el de Las Teresitas y el puerto de Granadilla, que ejemplifican el tipo de crecimiento que han auspiciado desde los partidos gobernantes y por un sector del empresariado. Un modelo en el que siempre están los mismos perjudicados, en primer lugar, el de la mayoría de los ciudadanos que tenemos que pagar el sobre-costo de los sobornos y de las obras innecesarias y, además, esta gestión corrupta también perjudica a nuestro patrimonio natural. (La construcción del puerto de Granadilla se abasteció con áridos procedentes de canteras ilegales lo que ocasionó el picoteos de muchas zonas del sur de la Isla.) Pero, como hay que seguir pedaleando para no caernos de la bicicleta de crecimiento económico, ahora proponen construir más puertos, Fonsalía en Tenerife y la ampliación del Puerto de Las Nieves de Agaete. Son proyectos que tienen un fin en si mismos, el negocio es construirlo, no satisfacer una demanda de la sociedad. La afirmación no es gratuita como demuestra el puerto de Tazacorte o el aeropuerto de La Gomera.

Es verdad que a veces las denuncias prosperan en los tribunales y algunos de los implicados, no todos, terminan en la cárcel (como le ha ocurrido al antaño poderoso ex dirigente de CC Miguel Zerolo, (ex-alcalde de Santa Cruz y ex-vipresidente del Gobierno de Canarias) pero eso no los disuade, ni les hace ver que tienen que cambiar su modelo económico, aunque los hechos digan que ese camino nos conduce al precipicio. Para ellos, el negocio es el negocio.

Sobre este blog

Espacio de opinión de Canarias Ahora

Etiquetas
stats