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La verdad sobre las listas de espera sanitarias

Carlos García / Carlos García

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Por ello no se puede estar dando el mensaje político interesado de que Canarias está igual que el resto de las Comunidades en cuanto a las listas de espera. Porque entonces, si fuera igual, estaríamos a la cabeza de la calidad y satisfacción en los servicios prestados a la salud; ya nos gustaría estar considerados como otras comunidades, por ejemplo, Navarra.

Desde hace muchos años los facultativos médicos no tenemos acceso ni gestión sobre las listas de espera. Hace ya tiempo que ese control nos fue arrebatado y puesto en manos de la administración que controla, desde otros servicios, las famosas listas de espera. Y es algo paradójico que los verdaderos responsables de la sanidad ante la ley, no tengamos nada que decir ni decidir sobre el control de las listas puesto que la propia Ley General de Sanidad, con la figura del “Médico Directamente Responsable”, nos hace los verdaderos protagonistas ante el ciudadano y ante la propia Justicia del servicio sanitario prestado. Fue y sigue siendo una hábil maniobra para “controlar” este tipo de servicio fundamental y de pleno derecho de los seres humanos.

Las listas de espera controladas por nuestros responsables políticos y que publican, cuando interesa, están claramente manipuladas y maquilladas en beneficio de vender una gestión que ellos mismos definen como estupenda. Se puede admitir que con esos datos falseados se intente engañar a la ciudadanía, aunque pocas veces lo consiguen. Pero intentar engañar a los médicos y a los sanitarios, directamente responsables del servicio, del trabajo diario ante los pacientes, conocedores de primera mano de las largas esperas en la realización de consultas, pruebas diagnósticas o de intervenciones quirúrgicas, es totalmente inútil, es un caso que la Administración y los Directivos tienen perdido.

Este abuso sistemático en las estadísticas que se publican en relación a las listas de espera, con cifras y datos irreales que no contemplan la realidad existente, son los propios ciudadanos quienes comprueban su falsedad al sufrir, en propias carnes, cuanto les toca esperar durante meses, años, o, incluso más, el ser atendido de sus padecimientos y enfermedades. Es, como bien aclaró una vez el escritor José Luis Borges, el intento, por medio de ese abuso de estadística, de aplicar lo que llaman Democracia, pero la suya. Un verdadero engaño a los ciudadanos que creemos en esa forma de gobernar que dicen es la menos mala de todas.

Existen muchas maneras de falsear y manipular listas de espera. Su poca transparencia y claridad pública lo permite. Una de ellas consiste en lo que denominan “cerrar las agendas”y que, al final, duplica una segunda lista de espera sobre la ya existente. Al cubrir un número determinado de citas se cierran las agendas y se le informa al paciente que, varios meses después, vuelva a solicitar ser apuntado en la lista de espera de una determinada especialidad. De esa forma se establece una lista de espera para ser apuntado más adelante cuando vuelvan a abrirse las agendas. Esta práctica, que conocen bien los pacientes, se realiza en distintos centros sanitarios públicos y permite ir capeando el temporal cuando el número de pacientes es elevado. Otra fórmula consiste en no apuntar al paciente en una lista quirúrgica desde que el especialista lo decide sino que es apuntado, tras realizarle el estudio preanestésico que puede tardar meses o años, y así se va ganando tiempo para poder dar unas estadísticas poco fiables de la verdadera situación. Esta práctica se aplica, por ejemplo, en la Comunidad de Madrid.

Por tanto, existen diferentes métodos de falsificar una información que controlan los mismos que gestionan la sanidad pública y que las hacen poco fiables, situación inadmisible porque estamos negando la resolución de un problema de salud a los ciudadanos. Y la verdad de nuestras listas de espera sanitarias es que son de una gravedad a tener muy en cuenta y resolverlas cuanto antes o lamentaremos no hacerlo. No hace falta esperar al 2013 para que sea un año catastrófico como nos avisan desde el gobierno. Las decenas de miles de pacientes en listas de espera ya sufren la catástrofe desde hace años.

*Médico y miembro de Intersindical Canaria

Carlos García*

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