Dicen los testigos presenciales que Águeda Montelongo mantuvo el tipo en su primer cara a cara parlamentario con Willy García, director general de Radiotelevisión Canaria, que comparecía en la comisión correspondiente para defenderse de las irregularidades detectadas durante su gestión por la Audiencia de Cuentas de Canarias. Montelongo demostró tener temple y capacidad para devolverle al campo de García algunas pelotas con rosca que el televisivo compareciente le envió al suyo con verdadera mala uva y el colmillo revirado. Montelongo, evidentemente, se ha forjado como una política especializada en el noble arte del aislante térmico y sonoro sobre el que le resbala atléticamente todo lo que se pueda decir de ella siempre y cuando a ella le dejen decir lo que desea. Y el PP en la gestión muy discutible de Willy García al frente de la radio y la tele autonómicas está actuando como si acabara de aterrizar en esa desastrosa plantación de papas en la que hubo siempre un medianero que pesaba los sacos y los mandaba al camión como si todo estuviera en orden. Porque la gestión que ha analizado la Audiencia de Cuentas y motivó la comparecencia de este viernes no es otra que la que abarcó los años de 2007 a 2011, gobernada en comandita por Coalición Canaria y el PP exactamente hasta octubre de 2010, cuando Soria dijo que se marchaba porque no le gustaban ?mita tú qué cosas- los presupuestos de Zapatero para Canarias (¡qué bien nos iría ahora con aquellas cuentas tan criticadas!). Montelongo, a lo que íbamos, se ha tomado muy en serio su nuevo papel de fiscalizadora de la tele pública pero olvida varias cosas importantes: la primera es que, si hubo mala gestión, que la hubo, la ha venido bendiciendo sistemáticamente su partido, tanto en el consejo de administración de la cosa como en la Consejería de Hacienda cuando la ocupaba a todo lo largo y ancho su señorito. Segundo, que el nombramiento de García, al que este viernes pidió que se multiplicara por cero y se auto-despidiera con la reforma laboral del PP en la mano, fue avalado por el PP, que siempre hizo mofa y chufla de las críticas del PSOE. Y tercero, que hasta que no se aclare en los juzgados el affaire del caso Patronato de Turismo y quien fue el que convirtió en actriz de culebrones al actual secretario de Estado de Seguridad Social para pagarle las escapadas a Fuerteventura con dinero público, poca credibilidad tiene Aguedita para estos asaltos.