El artículo de Oliver Alonso, al que ustedes pueden seguir accediendo desde este periódico, sigue dando que hablar. No sólo por su contenido, de alto octanaje y una verdadera demostración de lo que casi todo el mundo piensa y pocos se atreven a poner por escrito. También por el modo que tuvo Aiva de distribuirlo entre los medios de comunicación regionales. Les contábamos ayer, con nuestra acreditada mala uva, que lo publicó Canarias 7 el sábado y nosotros el domingo, siguiendo instrucciones del autor, que pedía que viera la luz el último día de la semana. La Provincia, ni sábado ni domingo, entendemos que por problemas de espacio o porque no les dio la gana de publicarlo, ambas razones suyas de ellos y olé. Pero este lunes nos escribió el jefe de prensa de Aiva reconociendo que no lo hizo bien del todo, que envió los artículos a los matutinos grancanarios en mano el viernes por la tarde, que les pidió que lo publicaran en ''las ediciones del fin de semana'' y que confiaba en que a esas alturas no iban a tener tiempo de meterlo en plancha para el sábado. Pues eso, según esta versión de los hechos, que publicamos para que haya más elementos de juicio, el periódico estuvo rápido y encontró el hueco adecuado con muy poco tiempo de maniobra, cosa muy poco habitual en las secciones de opinión de los periódicos de papel. Mientras, los demás nos pusimos finos y respetamos los deseos del autor. Pero lo sustantivo no es quién fue primero ni las razones de uno y otro para publicarlo a toda leche o dejarlo pendiente, sino qué se dice en el artículo.