Hay que ver cómo se ha puesto determinada parte del personal político a cuenta del error protocolario en torno a las dichosas cruces de la nacionalidad, que amenazan con convertirse en otro tipo de cruces -más piadosas y sufridas- para el presidente Rodríguez. Fernando Fernández espera unas disculpas públicas, con oprobio y escarnio para quien las pronuncie, bajo la amenaza de que de no quedar satisfecho se sentará ante los micrófonos de Radio Burgado, de Andrés Chaves, a largar que es un gusto. Ya ha cumplido parte de la amenaza, consistente en insinuar en esa emisora este lunes que lo que quiere contar no está relacionado con otros errores protocolarios, sino con horrores que poco tienen que ver con la política y sí con lo que Fufú dice que el presidente hace cuando sale de viaje por ahí. Se ha puesto navajero el ambiente pre-electoral, pero no parece muy serio amenazar con algo, insinuarlo de manera tan descarada y no contar lo que tiene que contar. Porque si, como dice el ex presidente centrista hoy pepero, el jefe del Gobierno canario se conduce de modo inadecuado cuando va por esos mundos representándonos, tiene que hacerlo saber inmediatamente y no condicionarlo a que le den una satisfacción al más puro estilo de los caballeros de blanco linaje.