El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
¡Al ataque!
Las cosas hay que contarlas completas para que se puedan entender, y si hace unos días publicábamos un despacho de agencias en el que se informaba de las escaramuzas de la Caja General de Ahorros de Tenerife en las inmediaciones de la Caja Rural de Canarias, hoy estamos en condiciones de aportar nuevos y sustanciosos datos. Por ejemplo, que jamás hubo negociaciones porque los directivos de CajaCanarias se encontraron siempre con la negativa a entablarlas por parte de los rectores de la Rural. Les recordaron éstos que la Caja Rural es una cooperativa de ámbito nacional y que entre las cajas rurales asociadas existe un sagrado derecho de tanteo. Además, antes de cualquier operación, dado el carácter cooperativista de esta entidad, habría de ser la asamblea general la que decidiera incluso empezar a hablar. No se hablaba de fusión, en cualquier caso, sino de absorción pura y dura, no en vano las diferencias entre ambas instituciones es de diez a cien. La primera puerta en las narices se saldó con el fichaje de siete altos directivos de la Caja Rural, entre ellos su ex director general y cuatro directores de oficina, que se pasaron con armas y bagaje a CajaCanarias. No estaba mal para empezar el ataque.
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