El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Bravo, por si faltaba alguien
Juan José Cardona no sale de un jardín para meterse en otro. Lo de los comedores escolares le va a pasar una costosa factura, como sus públicos retos con el asunto de Emalsa, reducido de momento a reclamar una rebaja en las rentas del alquiler de la sede de esa compañía mixta dedicada al ciclo integral del agua en Las Palmas de Gran Canaria. Su pérdida de rumbo en algunos asuntos lo presenta como un alcalde un tanto desnortado, que gira como una veleta en función de quién haya sido la última persona influyente en salir de su despacho. Así lo ha demostrado, por ejemplo, con la polémica de las zonas de gran afluencia turística, donde ha pasado de ser muy restrictivo a declarar la liberalización de punta a punta del municipio, para luego acabar por declarar la ciudad como zona de gran influencia de El Corte Inglés, que es lo que le han ordenado desde la calle Génova de Madrid. Cuando parecía que todo en este conflicto quedaba ya en manos de las cantinfladas del alcalde, aparece en escena un personaje inesperado, el presidente del Cabildo de Gran Canaria, José Miguel Bravo de Laguna, que ha declarado que ni las asociaciones comerciales ni los ayuntamientos, que aquí los que tienen que tener las competencias sobre horarios comerciales son los cabildos, que vienen a ser los que controlan las sensibilidades de las comarcas y los municipios, y las nocivas influencias que pueden tener las aperturas liberalizadas en la ciudad en las zonas colindantes, con sus mercadillos, sus áreas abiertas, etcétera. Claro que lo dijo tras reunirse con Fenorte, la patronal comercial del norte de la isla, y olvidando el nada sutil detalle de que fue su partido, el PP, el que cambió para todas España la Ley de Comercio, otorgando a las municipalidades lo que él quiere ahora para las insularidades. Lo que nos conduce a la dramática conclusión de que Bravo deja con los glúteos in the air al alcalde Cardona y a su propio partido. Y eso que todavía no ha intervenido el responsable de Comercio en el Cabildo, el insuperable tránsfuga Juan Domínguez, que es el que falta para que este colorido sainete alcance la categoría de culebrón caribeño. Cantinflas desde el principio y el Chavo del Ocho de remate. Vaya tropa.
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