No ha dejado el Foro Empresarial Canario que la pelota cayera al suelo y ya se ha lanzado a comunicarle al mundo mundial que la puesta en escena de esa especie de división de poderes entre Suárez Gil y Tony Rivero es una preciosidad, pero bastante insuficiente. Con ella se ha conseguido delimitar el territorio, como hacen los canes cuando miccionan las esquinas de sus dominios, pero no resuelve los problemas dentro de cada uno de ellos. No han recuperado sus respetos los dos contendientes de esta fabulosa batalla, en la que los arietes no son otra cosa que eso, enviados especiales de sus respectivos mandadores, por emplear términos de la lucha canaria y abandonar, siquiera por un momento, el arte de la cacería. Parecía claro que no se podía resistir por más tiempo el pulso entre los dos responsables a los que se encargó hacerse cargo de los dominios empresariales, pero más claro parece 24 horas después que la solución no va a ser la definitiva. El Foro está satisfecho, según han dicho sus portavoces, y se dispone a empezar a hablar. Pero ya está poniendo sobre la mesa nuevas exigencias, como la de que se le borre a la vía plateada de la cabeza esa majadería de constituir una gran confederación del sector servicios. Lo considerarían una agresión directa a varios de los sectores agrupados en el sector crítico empresarial.