Con el apoyo inicial y el técnico ya sólo faltaba que el director general, el inigualable sr. Marín, apoyara las pretensiones y, en un acto injusto, suspendiera las extracciones, obligando a un terminado precipitado de la playa de Amadores. Epílogo: sectores empresariales y algún político quisieron hacer de la necesidad dinero y consiguieron que el Parlamento aprobara una recomendación desaconsejando esas extracciones. Para entonces algunos ya tenían concesiones en África para traer la arena. Hemos sabido que existen para el recinto y yacimiento de Malpaso todos los estudios, el biológico y el geofísico, que avalan la extracción de arena como posible y nada impactante ¿Estamos por consentir estas prácticas de técnicos que no responden a la confianza en ellos depositada? ¿Se puede en España, año 2002, utilizar así el dinero público? ¿Podría sin impactos significativos extraerse de Malpaso la arena que se precisa para la mejora de la playa de Mogán? Los tres técnicos deberían contestar a estas preguntas. Nosotros nos comprometemos a reflejar fielmente sus respuestas. Estamos ante un caso que reúne todos los requisitos de la descomposición del sistema de decisiones.