Ahora que atraviesan un momento valle los hervores insularistas que han rebrotado en los dos cabildos mayores de Canarias, el de Tenerife y el de Gran Canaria, de la mano, respectivamente, de Carlos Alonso y de José Miguel Bravo de Laguna, es el momento de revelar algunos secretos de la polémica. Por ejemplo, el sexo y la procedencia geográfica del personal adscrito a la oficina de Proexca en Bruselas. Ya saben que Bravo de Laguna ha insistido en más de una ocasión en que en esas dependencias, que dirige el siempre activo José Miguel Luengo, sólo se defienden los intereses de Tenerife porque todo el personal es de esa isla. Si negando lo segundo se consiguiera negar la mayor casi nos quedaríamos tranquilos, pero preferimos, como primera medida, mojarnos: cualquiera que haya tratado en alguna ocasión con los profesionales de esas dependencias sabe que la defensa que se hace allí no puede tener otro enfoque que el regional, que ya es lo suficientemente complicado como para dedicarse a hacer lobby por una sola isla, por mucho que se pretenda. Pero si nos tenemos que atener a la medida absurda del peso de la procedencia geográfica de los empleados de la oficina bruselense, ahí les van los datos oficiales, que te los dan en cuanto los pides.