Juegos florales al margen, el fondo de la cuestión sobre la aparición de los nuevos papeles de Las Teresitas también se abordó en esa comisión de control del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife. Allí, ante todos los grupos municipales, el concejal de Urbanismo explicó pormenorizadamente por qué se retiraron los pleitos civiles de reclamación del dinero pagado por el frente de playa a los padrinos González y Plasencia. Como ya hemos comentado aquí, el descubrimiento de que se compraron unas piezas de suelo que ya eran propiedad de la Corporación obligan a cambiar el pleito por completo y, además de reclamar el dinero de una operación de compra-venta anulada por el Tribunal Supremo, es necesario pedir ante los tribunales que los compradores devuelvan también la titularidad de los terrenos. Parece sencillo pero a algunos ?incluidos los que parecían más listos- les está costando horrores entenderlo, y apuntan, sin más argumentos que sus propios pálpitos, a un pacto secreto y cochino entre el Ayuntamiento y los dos empresarios para que éstos se queden con todo y los concejales con cara de papafritas. Es evidente que habrá que esperar un poco más para alcanzar el propósito de reponer la legalidad y recuperar las perras, pero el nuevo escenario parece evidente que aconsejaba esta nueva posición legal, siempre a la espera de que los dos empresarios levanten la bandera blanca, se rindan y reconozcan que no fueron engañados en su buena fe, sino que participaron en el contubernio para hacer esa operación sin jugarse ni un duro de su bolsillo. Todo es posible en Bananaria, no se desanimen.