Y ya que hablamos de las cosas de Paquirrín, es de resaltar la visión planificadora que tiene. Urbanística, se entiende, claro. Su Plan de Modernización del municipio, particularmente de la playa de Mogán, va camino de ser ejemplo de estropicio generalizado y de acumulación de errores cometidos en otros lares sin que haya aprendido la lección ni por el forro del libro. Lo que piensa hacer en el parquin, ampliándolo en su superficie subterránea y, consecuentemente, en la zona de superficie que va a habilitar como comerciales demuestra la absoluta falta de ideas y el claro favorecimiento a los actuales concesionarios, que sin hacer más esfuerzos que quedarse quietos en su sitio y convencer a la autoridad municipal, verán notablemente incrementado su negocio a costa de los demás comerciantes del lugar. Y con 50 años de margen. En la faceta turística sonaría a memorable si no fuera por su patetismo su anuncio de permitir que el hotel Club de Mar pueda crecer en una planta más con el fin de alcanzar las cuatro estrellas. Cuando hizo ese solemne anuncio nos quedamos todos en la redacción mirándonos con incredulidad hasta que conseguimos una fotografía del hotel, con cuya visión se demuestra que siempre ha tenido las cuatro estrellas que el señor alcalde ahora parece querer reforzarle con un poco más de ladrillo, que es justo lo que no le hace falta a la playa de Mogán para mantener su encanto.