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El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

Los geólogos se meten en el charco del petróleo

La plataforma Deepwater Horizon arde en el Golfo de México.

Y lo que nos queda por ver. Los periódicos del régimen soriano se desgañitan tratando de encontrar voces que puedan avalar los efectos benéficos que el petróleo puede suponer para Canarias y desmontar los perjuicios que los detractores están poniendo sobre la mesa un día sí y el otro también. A las webs y las cuentas en redes sociales abiertas por tapados del PP, se suman algunos medios de comunicación afines a la causa, como es el caso del ABC, en su versión canaria, que acostumbra a encontrar petróleo donde el resto de la humanidad solo ve cantos rodados. El periódico monárquico ha encontrado un filón en el gremio de los geólogos, y ellos les pone el altavoz de manera recurrente de un año a esta parte con el fin de lograr amplificar voces presuntamente autorizadas que contradigan el sentir comunitario. Partamos de la base que la geología no es precisamente una ciencia particularmente especializada en algunos de los asuntos que están en discusión, como los problemas ambientales, los efectos sobre el turismo o la desalación de agua de mar, como vamos a pasar a exponer a continuación.

Los delfines nadan: pues que huyan

Hemos escogido unas cuantas muestras geológicas para exponerlas a nuestros lectores a fin de que se hagan una idea de los argumentos que están lanzando los geólogos entrevistados por el ABC (confiamos en que haya otros profesionales del gremio un poco más cautos) para defender una actividad que le es simpática, como es natural. La primera muestra la encontramos en la afirmación que hace el geólogo tinerfeño Antonio Afonso, que se presenta como experto en sondeos petrolíferos: “Cuando hablan de que las sísmicas afectan a los delfines, hay que pensar que para algo tienen movilidad y que esa movilidad la aprovechan para huir de muchos otros ruidos que hay. Además, en aguas profundas, no hay tanta vida como se cree y los peces, si les molesta, se van. Y después vuelven a su sitio”. No es mala la teoría, lo malo es que se le olvidan al señor Afonso algunos aspectos relacionados con la desorientación sobrevenida por un estampido inesperado que, desde luego, impiden cualquier huida. Si a usted un antidisturbios le da un sopapo en la base del tronco del oído durante una manifestación desautorizada por el Gobierno, por supuesto que huye, pero a la casa de socorro más cercana. A ver si no.

El petróleo flota, como las heces

Segunda patraña del profesor Alfonso, estrella y guía de los partidarios del petróleo en el ABC de Canarias: “El petróleo no es una excepción a Arquímedes, y dado que es más ligero que el agua, incluso el más pesado de todos, el denominado «piche», no puede ir al fondo. Es decir, siempre va a flotar. Las tomas de agua, en cambio, deben estar por debajo de la marea mínima y a través de pozos, para evitar que entre el material que pueda haber en suspensión en el agua y el plancton, que sí son capaces de estropear las placas [quería decir membranas] de ósmosis inversa que se usan para potabilizar el agua de mar”. Veamos. Cuando se produce un vertido de hidrocarburos, dependiendo de su densidad, contiene unas sustancias volátiles que, efectivamente, hace que flote inicialmente en la superficie. Pero, oh, resulta que precisamente por su volatilidad, esas sustancias se van evaporando y el vertido compactando, con lo que la masa adquiere más peso. La parte baja del derrame empieza a desprenderse y a caer al fondo marino. Si hay mucha profundidad, puede que el impacto en el fondo sea leve, pero si el vertido se acerca a los fondos someros, como es el caso de la costa, el petróleo se va depositando en el fondo. Ocurrió, por ejemplo, en las costas gallegas con el Prestige, cuyo derrame convirtió los fondos en una autopista perfectamente alquitranada. Si eso ocurriera en las costas de Lanzarote y Fuerteventura, donde las plantas potabilizadoras toman el agua a una profundidad de entre cinco y siete metros, la catástrofe está servida porque los sensores detectarán la contaminación y paralizarán automáticamente el proceso para que el agua no llegue a las membranas, que cuestan un ojo de la cara (y la yema del otro) y no pueden soportar según qué composiciones contaminantes. Lo recogen los más sesudos estudios elaborados por técnicos especializados en la materia, que son los que concluyen que con un vertido no habría desalación. Las reservas en cada una de esa isla no alcanzarían ni para dos días. Ni para que se duchen los 5.000 operarios que dicen que van a trabajar gracias a Repsol.

Dubai, el ejemplo canario

Y siguen los sesudos geólogos aportando datos al debate: “Una de las regiones más turísticas del mundo es Dubai, donde hay petróleo por todos lados (…) y el agua está absolutamente limpia, además de corales, manglares y una pesca abundante”. Vale, Afonso. Primero, por las cifras que se conocen, no es que Dubai tenga menos turismo que España, es que tiene menos turismo que Canarias. Los cálculos de las autoridades del emirato hablan de alcanzar los 15 millones de turistas en 2015, es decir, el año que viene. Canarias va camino este año de los 12 millones. Pero es que, además, la principal fuente de riqueza de ese país no es el turismo, como sí lo es en Canarias, y no tiene en sus playas ni en su medio ambiente su principal atractivo, sino en sus compras (más de setenta centros comerciales en Dubai) y en la peculiaridad de su capital. Si a Dubai se le jode el turismo, no le va a pasar nada, al menos mientras el petróleo siga siendo el rey de la energía en el mundo y haya defensores tan apasionados como nuestro geólogo de jornada. Pero si en Canarias espantamos a los visitantes con cualquier tipo de accidente que afecte a sus playas o al agua que usan en los hoteles, la cosa se pondrá verdaderamente peluda.

La seguridad de Repsol

Vamos con la última (aunque hay más patrañas): “En el caso de España, pensemos en Tarragona, donde en los setenta y ochenta había cuatro plataformas que producían el 10 por ciento de lo que consumía el país y nunca hubo un solo accidente que afectase esta zona tan turística”. El profesor Afonso se remite a unos años de los que es muy difícil recabar datos, pero remitiéndonos a los casos más recientes, su afirmación se desmorona por completo. En 2009, sin necesidad de remontarse a la época de mayor producción en Tarragona, Repsol fue la única compañía que en un solo año fue condenada por consejos de ministros varias veces por contaminar el litoral de Cataluña. Resulta difícil creer que sus vertidos no afectaran al turismo cuando sí lo hicieron a la pesca, de tal modo que fue condenada a pagar medio millón de euros a los pescadores por los daños provocados. La seguridad de la compañía que Soria apadrina ha estado en entredicho en la plataforma Casablanca, que opera en esa costa, en muchísimas ocasiones. En julio de 2010, un juzgado de Tarragona imputó a directivos de la compañía por vertidos frente al delta del Ebro. Tras ocultar los vertidos, la compañía admitió que se le había escapado el crudo (cinco millones de litros)y que no podía responsabilizar a la empresa norteamericana que tenía subcontratada porque en las cláusulas de su acuerdo se recogía que la responsable en caso de accidente era la española. En diciembre de 2010 hubo otro vertido de entre 120.000 y 180.000 litros que no llegó a la costa porque el mistral (viento del noroeste) se llevó el crudo mar adentro. En tan solo 18 meses, la plataforma Casablanca protagonizó tres accidentes y a mucha menor profundidad que las prospecciones que se van a realizar en Canarias. La seguridad que preconizan los valedores de la compañía de Brufau es bastante precaria, como mínimo.

Otras fugas, las que sufre el PP en Canarias

Vaya, vaya, resulta que se quiebra por momentos la inquebrantable unidad de destino en lo petrolero que había conseguido mantener hasta ahora el ministro y jefe provincial del movimiento José Manuel Soria. A las fugas que ya les hemos contado aquí del alcalde de Tías y del presidente de la patronal turística de Fuerteventura, se han sumado esta semana los comités locales del PP en Tinajo y en Teguise, ambos en Lanzarote. En el primer caso, sus concejales se abstuvieron este miércoles en la moción aprobada en el pleno municipal por la que se rechazan las prospecciones y se convoca al personal a movilizarse el sábado contra la última decisión gubernamental. En Teguise, el órgano local del PP decidió este lunes aprobar una petición para que se suspendan las prospecciones, petición que ya ha sido remitida a la dirección insular para que actúe en consecuencia. En ese nivel la cosa sigue de momento férrea, como quedó probado en el pleno extraordinario celebrado este miércoles en el Cabildo, donde el PP se quedó solo en su postura contra el rechazo al petróleo que sí respaldaron las demás fuerzas políticas, incluidos los grupos con posturas tradicionalmente irreconciliables, como el PIL y Alternativa Ciudadana 25 de Mayo.

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