Pero no es correcto el bingo. El primer vuelo directo entre Tenerife y el continente africano se estableció ya el pasado 1 de julio con el enlace que ha inaugurado Binter entre Los Rodeos y Marrakech, lo que de alguna manera debe haber trastocado los planes del señor Alonso. Aun así, este miércoles se celebrará en el Salón Noble del Cabildo de Tenerife una rueda de prensa a la que asistirán el vicepresidente y la consejera de Acción Exterior, Delia Herrera, a los que no está previsto que acompañe ningún representante de Royal Air Maroc, o al menos nada de eso recoge la convocatoria. Alonso y Herrera presentarán su nuevo vuelo directo con Marruecos, pero no será el primero, nos tememos, y explicarán urbi et orbi el acuerdo que han alcanzado con la Royal, que supondrá varios vuelos semanales con Casablanca desde Los Rodeos a partir del próximo otoño. Desconocemos si habrá o no contrapartidas institucionales a la compañía marroquí, en forma de ayudas económicas en alguna de sus variantes conocidas, o si, de haberlas, serán comentadas en esa rueda de prensa. Algo se debe estar oliendo Binter porque lo que publica en el editorial de su revista de este mes es bastante poético: al anunciar el establecimiento de su ruta Tenerife-Marrakech, recalca que lo hace de manera “razonada, estudiada muy a fondo, fruto de las conversaciones mantenidas durante meses para analizar la demanda del mundo empresarial y turístico”. Y añade: “Binter Canarias asume estas decisiones sin subvenciones, sin ayudas institucionales, sin embajadores que en el futuro puedan poner en riesgo aventuras llamadas al fracaso”. El mosqueo de Binter tiene su razón de ser porque, evidentemente, la irrupción de un competidor aéreo en el mercado de los vuelos internacionales desde Canarias puede dar al traste con la actual oferta al sobredimensionarse esta y no alcanzarse las ocupaciones que marcan el umbral de la rentabilidad. Es decir, que si definitivamente apareciera por aquí Royal Air Maroc podría darse la circunstancia de que no sólo Tenerife, sino también Gran Canaria, perdiera sus enlaces con África, porque ni ella ni Binter aguantarían el tirón. Salvo que, claro está, la aerolínea marroquí tenga subvenciones, en cuyo caso se va a armar buena. No queremos dar ideas a Bravo de Laguna, ávido de agravios, pero este puede ser otro interesante caballo de batalla.