Ya es tiempo de quinielas electorales y de trasvase de candidatos, como ha quedado constatado en esta sección desde hace tiempo. Y lo que nos queda. A las escaramuzas que se producen en torno a Nardy, y en algunas de las cuales ella participa privada de sus huesos, sumamos en esta edición de hoy el mucho curro que tienen las cosas económicas del Ayuntamiento y sus actividades clasificadas. Tanto curro agota, como se podrán imaginar, de ahí que Curro Fernández Roca, el concejal de la cosa, haya mirado para el banquillo reclamando el cambio. Soria, a su vez, ha mirado para los reservas y ha vuelto a clavar sus ojos en Eugenio Mambrilla, que fuera director general del Tesoro y director general de La Caja Insular de Ahorros. El primer destino, por designios bravistas, y el segundo por señalamiento soriano una vez se produjo el pim-pam-pum del relevo de Juan Francisco García en La Caja, sabiamente administrado por el presidente del PP desde un lejano Madrid que le ahorró el disgusto presencial. Mambrilla, decíamos, suena como candidato a suceder a Curro en la Hacienda municipal, si doña Pepa no pone objeciones, claro está, que ya se sabe cuan democráticas son estas decisiones en el PP.