Fue un momento muy emotivo el vivido este lunes en el pozo de Tenoya, en el municipio grancanario de Arucas, donde se procedió al simbólico acto de rotura de la tapa de hormigón que lo ha mantenido sellado durante décadas. En su interior se espera encontrar más restos humanos de represaliados de la guerra civil en la isla, particularmente al padre de la mujer que más ha luchado por la recuperación de la memoria histórica, Pino Sosa, que no consiguió encontrarlo en el pozo de Las Brujas, donde aparecieron los restos de 24 personas, once de las cuales quedaron plenamente identificadas. Su prima Balbina dijo ante el pozo que aquel no era un acto del PP, por mucho que los dirigentes de este partido lo capitalizaran por completo, y recordó que el Cabildo ha aportado los primeros 94.000 euros gracias a una moción del PSOE que fue respaldada unánimemente por la Corporación. Su presidente, José Miguel Bravo de Laguna, no tuvo la gentileza de permitir que interviniera en el acto el alcalde de la ciudad, Ángel Víctor Torres, del PSOE, invitado in extremis el viernes pasado y factótum de la apertura del pozo de Las Brujas en 2006. Hay que felicitar, no obstante, al PP en el Cabildo por romper su tendencia incomprensible de negar a las familias de los represaliados recuperar a sus deudos para enterrarlos dignamente.