El movimiento se demuestra andando o caminando, que lo mismo es, y en el Hotel Santa Catalina esto se entiende a la perfección. Este martes tocaba presentar a uno de los fichajes estrella de los últimos tiempos: el chef Antonio Ortega, ganador del II Campeonato de cocineros de España y representante de nuestro país en el Bocuse D'or, que viene a ser el mundial de los cocineros, en 1991. A juzgar por el menú preparado para la ocasión, la elección ha sido acertada, algo que a priori se sabía por el denso y rico curriculum de Ortega. El chef madrileño está recién desembarcado en las Islas procedente de Londres, donde se encargó de que todo supiera a gloria en la mismísima Embajada de España. Ahora, de nuevo de cara al público (el de a pie) y desde el restaurante Arencibia, propone nuevos retos para los paladares exigentes, dispuesto a demostrar que está en la vanguardia de, citando a uno de los convocantes, “la cocina inquieta”.