No tuvimos la oportunidad, la verdad, de seguir con atención todo el desarrollo de la peregrinación de la Virgen de La Candelaria a Santa Cruz de Tenerife, donde su imagen permanecerá unos días cobijada en la iglesia de La Concepción. Pero de lo que pudimos ver y oír gracias al despliegue mariano de la Tele Canaria (la nuestra), la cosa tuvo mucho de fervor y sus irrenunciables gotitas de exageración. El Ayuntamiento santacrucero ya lanzaba al mundo las cifras de los participantes cuando la comitiva todavía estaba a la altura del Hospital Universitario -25.000 almas- sin esperar siquiera a que se incorporaran los dos millones y pico de personas que todavía venían regresando al golpito del Son Latinos. Todo por el Pino pero sin el Pino. Pero la nota más coñona la puso, como casi siempre, el alcalde, Miguel Zerolo, que con su incombustible mala uva dijo que la Patrona es y será la única alcaldesa de la capital tinerfeña, lo que equivale a decir que la Niña Tavío, a la que iba teledirigido el mensaje, tendrá que rezar unas cuantas novenas más para quitarle el bastón de mando.