No aprenden de los males ajenos y quieren experimentarlo en carne propia. A Ani Oramas, alcaldesa de la Laguna y candidata a repetir, por poco le cogen la camella el otro día en Tenerife por pretender manifestarse -toda protestona- en contra de la contra de las recontras de su propio partido. Y encima se amuló y hasta disparó hacia todos lados a ver si, aprovechando la revoltura, alguien más caía con ella. Mal asunto. Pepa Luzardo tuvo mejor fortuna al hacer algo similar pero en un lugar de recogimiento, concretamente en el duelo por Manuel Padorno, al que el PP acababa de denegar una distinción con peregrinas excusas. Nadie increpó a la concejala Luzardo, lo que debe haberla animado a anunciar que el viernes acudirá, en vaqueros y tal, a la manifestación por el desbloqueo de la situación que vive el teatro Pérez Galdós. Tampoco le pasará nada, intuímos, porque la peña tiene un buen cacao mental acerca de qué institución -Cabildo o Ayuntamiento- tiene la culpa de tanto desatino. Pero por si las moscas, recomendamos a Pepa que llame a Ani y le pregunte qué se siente con un abucheo tan monumental y jugando en cancha propia. Supuestamente.