Fue lo más comentado de la jornada en los ambientes relacionados con las TIC y en determinados ambientes políticos y periodísticos. El reportaje publicado este martes por la periodista Pilar Portero en Zoomnews.es demuestra a la perfección nuestro convencimiento de que muchos colegas hace tiempo que le cogieron la matrícula al ministro José Manuel Soria. Portero es una especialista consumada en el personaje, al que caló a poco de tomar posesión cuando sostuvo con él un intercambio de palabras en los pasillos del Congreso y descubrió que es un auténtico bluf (y un mentiroso, porque le preguntó por su primera manifestación y contestó que en 1975, pero que no se acordaba por qué se manifestaba). En esta ocasión, la periodista disecciona los nombramientos ejecutados por el ministro en el organismo Red.es, dependiente del ministerio y con un estratosférico presupuesto de 200 millones de euros destinados mayormente a promocionar las nuevas tecnologías. Ya saben ustedes que a este hombre le hablas de publicidad y de presupuestos y se tira en plancha como un poseso a ver cómo puede desviar de sus fines primigenios algo que le sirva a su vez para promocionar su imagen. Para lograrlo, desde luego, no puede haber al frente de la gestión de esos millonarios organismos alguien que se tome en serio su función y su compromiso de interés general, de ahí que el ministro canario haya ejecutado a los profesionales serios para colocar en su lugar a un equipo de canarios de su confianza y con agilidad suficiente en el cuello para mirar para otro lado llegando el momento oportuno. Indagando en lo que ha publicado Pilar Portero hemos descubierto que al frente de Red.es y en sustitución de un prestigioso profesional, Borja Adsuera, Soria ha colocado a un lanzaroteño que ha afirmado en algunas entrevistas que van a potenciar el software libre “como alternativa al de pago”. Fascinante, si no fuera porque su mentor hizo exactamente lo contrario cuando pudo gastarse y se gastó una millonada con el Sefcan y comprometer el programa de gestión y contabilidad de Canarias casi de por vida por su dependencia al oneroso proveedor.