No nos queremos imaginar lo contentos que deben estar todos los comerciantes que han ido instalándose en Meloneras en algunos de los centros comerciales de los más diversos tamaños que allí han florecido. Unos, en los correspondientes comerciales vinculados a hoteles; otros directamente en los centros y rotondas comerciales allí existentes. Ahora les amenazan con un Corte Inglés con centro comercial, por no mencionar el comercial sin hotel autorizado para un hotel que al final no se hará. Es decir, que la zona va a tener una cantidad de comercios que, así a bote pronto, debe ser en proporción mayor que Mesa y López y Serrano juntas. No es un problema sólo de rentabilidad comercial, y de supervivencia del que ha comprado su local con promesas que nadie cumplirá. Es que además en Meloneras podrá algún día instalarse cualquier otra cosa en aplicación de los inexplicables criterios que rigen el planeamiento tirajanero-mauriciano. Por ejemplo, un observatorio astrofísico, un taller de chapa y pintura, un campo de aerogeneradores, una escuela de aviación comercial y un circuito de motocross. De nada.