Dicen en el entorno de Mariano Rajoy que el presidente se colocará a partir del jueves “a la cabeza contra la corrupción” para demostrar urbi et orbi que él es el primer interesado en que se aclare el cada vez más complicado entuerto de las cuentas opacas del Partido Popular y su derivación más opaca aún a través de la red corrupta de Gürtel. Como declaración de intenciones no está mal, y quizás se haya proclamado para contrarrestar un poco las catastróficas encuestas dadas a conocer este fin de semana que, efectivamente, muestran un desgaste bestial ante su electorado y, lo que es todavía peor por inesperado, una profunda desafección del empresariado, que se siente abiertamente decepcionado con el PP y con su presidente por cuestiones puramente económicas. Of course. Pero por mucho que lo proclame, Rajoy va a tener muy complicado colocarse ahora mismo a la cabeza de otra cosa que no sea el desastre, e imposible mosquetero de la corrupción, porque con las muy contadas y voluntaristas excepciones de la prensa más cavernícola (ABC, La Razón y, con sus cosas, La Gaceta) el resto de los medios empuja para que el declive no pare. Mayormente porque a Bárcenas le han salido unos compañeros de viaje muy peligrosos que si los tienes a tu lado -como los tuvo Rajoy hasta hace poco- bien, pero de lo contrario? Pedro J. Ramírez es en estos momentos más peligroso para el presidente que el mismísimo Bárcenas. Es de la media docena de periodistas con los que se entrevistó por separado el ex tesorero antes de ingresar a prisión, el único que fue autorizado a romper el off the record y el único, por lo que parece, que tiene en su escritorio el calendario con todos sus hitos de los movimientos que va a dar Bárcenas. En ocasiones, incluso, parece ser el director de El Mundo el que marca los tiempos y la estrategia mediática. Para colmo, Bárcenas se ha hecho con los servicios de dos letrados muy afines a Pedro José, Javier Gómez de Liaño y su pareja, María Dolores Márquez de Prado, que no necesitan molestarse mucho para que sus avisos a navegantes tengan la necesaria repercusión mediática. A veces con sutiles gestos comunicacionales como el que pueden apreciar en la fotografía: la señora Márquez de Prado abandonando la cárcel de Soto del Real portando junto a su carpeta roja una chaqueta de color fucsia de Ágatha Ruiz de la Prada, la diseñadora casada con Pedro J. Puede parecer que no es una señal, pero ya nos dirán ustedes qué hace una señora tan elegante llevando en la mano una chaqueta de punto, con el calor que hace en Madrid, y sin conjuntar con la carpeta. Parece una premonición. Algo inminente va a ocurrir, y seguramente antes del jueves.