A Mauricio no le salen las cuentas desde que la sociedad grancanaria se enteró, de modo oficial, que viaja gratis total a Nueva York invitado por los dueños de Veneguera, o que sus chalets le salen mucho más baratos a él que al resto de los mortales, o que se hospedaba gratis total en los hoteles de los empresarios amigos. No le salen las cuentas entre la ciudadanía, a la que nunca le gustó del todo, y no le salen en absoluto en el interior de su partido, Ican, donde están muy cansados de pedirle seriedad sin maldito éxito. Si el otro día era el presidente Rodríguez quien se desmarcaba en San Bartolomé con El Corte Inglés en Meloneras, y el sábado en la Ser con los pactos pre-electorales, ahora ha sido el segundo de Ican, Carmelo Ramírez, el que ha recordado al mundo entero, empezando por Mauricio, que el centro comercial que le costó la alcaldía al compañero Pepe Juan Santana es una judiada que no se puede permitir. Ya sabemos que el vicepresidente Ramírez ha tratado por todos los medios de desvincular a Mauricio del asunto, pero sería una pena que a estas alturas empezáramos a perder la memoria y cayéramos en la trampa de considerar culpables de la situación solamente al PP y al PSC, que también lo son, pero con la atenuante de que lo dejaron claro desde el primer día, y el agravante mauriciano de haber sido el inspirador e instigador máximo. Si Angulo no le habla, Román lo repudia, Ramírez lo critica, Paco Santiago se hace el loco y los empresarios miran para otro lado cuando lo ven venir, mucho nos tememos que a la vía mauriciana le queda Fernando González y poco más. Sin contar ATI, claro.