Les recomendamos fervientemente que se lean las noticias curiosas hasta llegar a la última línea. Puede que, en ocasiones, se les quede cara de lenguados a la meniere porque no han entendido nada, y hasta puede que se alegren de vivir aquí, en Isla Mauricio, donde todo es posible y, además, divertido. La Provincia de este miércoles publicaba una noticia muy poco llamativa a priori en las páginas de Telde. Venía a decir, más o menos, que se retrasa la apertura del vial costero porque, a pesar de estar terminado, hay unas pasarelas aéreas que no aparecen por ningún lado y sin pasarelas, no hay vial. Fuentes municipales atribuyen la desaparición de las pasarelas a unos errores de cálculo que no se especifican. Hasta aquí nada nuevo bajo el sol: cada día ocurren cosas así en esta tierra donde de repente aparece una brecha astronómica en una montaña y al día siguiente se dan cuenta de que con un túnel lo podían haber evitado. Y hacen el túnel, claro, que hay que generar actividad económica. Pero en el caso de las pasarelas de Telde la noticia podría estar en averiguar en qué consisten los “errores de cálculo” que el Ayuntamiento atribuye a los técnicos. ¿Será, por ventura, que las pasarelas estaban pensadas para otro sitio y trataron de hacer un injerto en el vial costero a ver qué pasaba? ¿Será necesario regar las tales pasarelas para que crezcan y lleguen de un lado a otro de la carretera? ¿Volverán las oscuras golondrinas de las pasarelas sus nidos a colgar? ¿Quién dice que dimitió por este disparate?