No sería mala idea que la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Canarias sobre la prohibición de celebrar tanto mogollón en el parque de Santa Catalina se incorpore como manual obligado en la Escuela de Práctica Jurídica. Le vendría bien al alumnado en general y a Pepa Luzardo en particular, aventajada alumna de Derecho que, sin embargo, faltó a clase cuando dieron lo de la ejecución de sentencias y lo políticamente correcto que es eso de acatar lo que dicen los tribunales, aunque por dentro estés carcomiéndote toda. Pero Pepa es así de directa y espontánea, hasta el punto de haber llegado a declarar estos días que con lo lento que es el Supremo, que nadie se preocupe por el Caranaval los próximos cuatro años; o aquello de que cómo va a ser posible que un tribunal vaya contra los designios de los ciudadanos, por no mentar su valoración sobre “el desgaste político que me supondría a mí esto ahora”. Hasta Nardy Barrios, que admira por otras cosas a la señora Luzardo, se desmelenó este jueves en radio Cibelio, en Telde, recordando a la candidata pepera a la Alcaldía de Las Palmas que con esas cosas no se puede jugar y que si cierras locales nocturnos con la excusa de querer respetar el derecho al descanso de los vecinos, lo mismo has de hacer con esta sentencia. Por cierto, Barrios recomienda al Ayuntamiento devolver el Carnaval a La Isleta. Una buena idea para reflejar en su programa electoral, si bien insiste en que lo del Parque de la Música es la gran asignatura pendiente ocho años después.