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Sobre este blog

Empecé a leer cómics a la misma vez que aprendí  a leer y, desde entonces, no he parado de hacerlo. En todas estas décadas he leído cómics buenos, regulares y no tan buenos, pero siempre he creído que el lenguaje secuencial es la mejor -y más idónea- puerta de entrada para leer tanto letras como imágenes. Ahora leo más cómics digitales que físicos, pero el formato me sigue pareciendo igualmente válido y sigo considerando el cómic un arte.

BATMAN DAY: LAS PIEZAS DEL PUZZLE SOBRE LAS QUE SE CONSTRUYE LA PERSONALIDAD DEL CRUZADO DE GOTHAM CITY

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Las dos más evidentes son, primero, los dibujos realizados por Leonardo Da Vinci entre finales del siglo XV y principios del siglo XVI para su máquina voladora, conocida, ésta, como ornitóptero. Este invento se diseñó tras escribir los tratados sobre el vuelo de los pájaros, entre los años 1486 y 1515, la materia prima de la que se nutrió el genio renacentista. Y segundo, la personalidad, arrojo y vitalidad del personaje de Don Diego de la Vega, alter ego del vengador justiciero conocido como el Zorro, creado por la mente e impronta del escritor Johnston McCulley en 1919 para la revista All-Story Weekly. La creación literaria, luego, fue llevada a la pantalla en la película The Mark of Zorro por la audacia y el desparpajo del actor y aventurero del séptimo arte Douglas Fairbanks en su doble papel de hacendado pusilánime e intrépido luchador contra las injusticias (Fred Niblo, 1920). La influencia que tuvo esta adaptación sobre un jovencísimo Bob Kane llegó a ser tal que éste llamó a los miembros de su pandilla juvenil “Los Zorros”. 2

The Mark of Zorro © 1920 Douglas Fairbanks Pictures.

No es de extrañar, por lo tanto, que, cuando el dibujante se decidió a pensar en un héroe enmascarado, dotara a su nueva creación de unas señas de identidad muy similares a las del aristócrata californiano con una doble vida, el mismo sobre quien se articulan las novelas y relatos escritos por Johnston McCulley, aunque, sin poseer, eso sí, el sentido del humor con el que le dotó Douglas Fairbanks en la primera adaptación cinematográfica del personaje. 3

Dicho todo lo anterior, no hay que perder de vista que Don Diego de la Vega no fue la única referencia que Bob Kane tomó prestada del escritor Johnston McCulley. Dawson Clade, personaje protagonista de la serie de relatos cortos conocidos por el nombre de The Bat (Popular Detective, noviembre 1934-febrero 1935), también forma parte y por derecho propio de esas influencias que, luego, los lectores de cómics pudieron ver en las sucesivas colecciones protagonizadas por el murciélago de Gotham City.

Y es que los relatos protagonizados por Dawson Clade, junto con la imaginería y la escenografía de las películas The Bat (1926) y The Bat Whispers (1930) -ambas dirigidas por Roland West y basadas en el trabajo de la escritora Mary Roberts Rinehart- son las mayores influencias estéticas que tuvo, en sus albores, el personaje de Bruce Wayne, cuando esté decide vestirse de murciélago para, como él mismo admite, “provocar el terror en sus corazones”. Basta con ver la puesta en escena desarrollada en la primera y en algunas de las secuencias de la segunda película dirigida por el director norteamericano para entender hasta dónde llega la influencia de dichas imágenes en la posterior génesis del personaje gráfico.

The Bat Whispers © 1930 Joseph M. Schenck Productions & Art Cinema Corporation.

Están quienes cuestionan las influencias cinematográficas anteriormente citadas, dada la forma, un tanto anárquica, que Bob Kane tenía a la hora de estructurar sus recuerdos y nombrar siempre The Bat Whispers, en vez de The Bat, la cual posee más elementos que luego el dibujante copiara para su personaje gráfico, tal y como es el caso de la máscara que luce el personaje principal, en comparación con la película de 1930. No obstante, y dado que solamente transcurrieron cuatro años entre ambas -y que, por aquel entonces, eran muy habituales los reestrenos y los programas dobles dedicados a un mismo actor, director y/o productor- resulta más que plausible que el futuro creador de Bruce Wayne viera ambas realizaciones de Roland West y, de cada una, aprovechara “esto y aquello”, por decirlo de una manera coloquial.

Sin embargo, si Batman es deudor de un personaje éste es, sin duda, The Shadow, el sibilino, inquietante y desasosegante personaje creado por Walter B. Gibson para el programa radiofónico Detective Story Hour (1930). Un años después pasaría a versión en papel, en la serie Pulp Shadow Magazine.

En realidad, quien bebía más del trabajo de Maxwell Grant -seudónimo con el que Walter B. Gibson escribió la mayoría de las historias protagonizadas por Kent Allard y Lamont Cranston, según el formato en el que éstas se desarrollaban- era Bill Finger. El guionista llegó a declarar años después lo siguiente: Mi estilo de guion seguía el que se veía en The Shadow. Sin lugar a duda, era totalmente pulp y, a veces, me pasaba, escribiendo cosas como “La noche cubre con su manto la ciudad”… A pesar de ello, de alguna forma, conseguíamos que funcionara bien. 2 Bob Kane también admitiría que la razón por la que Bruce Wayne llevaba un arma, una automática Calibre .45, M1911 era porque The Shadow tenía un arma y ni a Bill, ni a mí nos parecía mal que Batman portara una. 4

The Shadow © 2019 Advance Magazine Publisher Inc./ The Condé Nast Publications. “The book of dead” cover by George Rozen (The Shadow magazine, 15.01.1942)

Más tarde sus creadores desvelaron, en especial Bill Finger, que la primera de las historias publicadas del personaje gráfico, “The Case of the Chemical Syndicate” no dejaba de ser una libre adaptación del relato literario “Partners of Peril” -éste se publicó en The Shadows magazine, en el mes de noviembre del año 1936- donde el responsable del apartado literario de Batman sustituía los modos y las maneras de “La Sombra” por los del “Murciélago”.

Con la perspectiva que da el tiempo resulta curioso que, cuando se habla del personaje de Batman, raramente se recurren a dichas influencias, las cuales sirven para explicar muchos de los elementos considerados ya clásicos, tales como la Batseñal, la máscara, la capa o la sombra con la que el murciélago “atemoriza” a los malvados. Por definición, se recorre a los mismos y manidos “lugares comunes”, pero del pasado nadie suele hablar.

Siguiendo con los comienzos del personaje son varias las fuentes que se empeñan en señalar la poca implicación que tuvo el personaje, una vez que se declaró la Segunda Guerra Mundial. Si bien es cierto que Batman y su compañero Robin no se desplazaron hasta el escenario bélico como algunos personajes de la competencia, en especial el trío formado por el Capitán América, Namor y la Antorcha Humana original -basta con recordar las sensacionales portadas dibujadas en aquellos años por Alex Schomburg para Marvel Mystery Comics y Captain America Comics- no es menos cierto que el dúo no permaneció de brazos cruzados. En un primer instante, el cruzado de Gotham City y su fiel compañero compartieron “mesa, mantel y portada” con Superman en la serie World´s Finest Comics y, aunque solamente aparecían juntos en las portadas, éstas servían como primera punta de lanza para una contienda que llegó hasta los Estados Unidos de América tras el ataque japonés a la base naval de Pearl Harbor, en diciembre del año 1941. 5

En Batman Vol. 1# 14 (FP: enero 1943), no obstante, la realidad de la contienda terminará por “golpear” a los héroes, en una trepidante historia titulada “Swastika Over the White House” (Cameron/ Bumley/ Bumley/ Bentley) plagada, ésta, de retorcidos espías, “quintacolumnistas” y esbirros de Adolf Hitler deseosos de acabar con la influencia de Batman en la sociedad del momento.

En la siguiente entrega, la cual está dedicada al esfuerzo bélico y a la promoción de los bonos y los sellos de guerra, Batman y Robin aparecen disparando una ametralladora en la portada, un hecho que retrotraía a los orígenes del personaje, cuando aún llevaba un arma de fuego. Esta bélica imagen solamente buscaba recordar al lector que los Estados Unidos de América estaban en guerra y que, incluso, los héroes gráficos habían decidido pasar a la acción.

Batman Vol 1 #14 (January 1943) Cameron/ Bumley/ Bumley/ Bentley.

Cover Artist: Jerry Robinson.

A decir verdad, buena parte del esfuerzo de ambos personajes -durante estos primeros años de la implicación de su país en una guerra que llevaba ya tiempo asolando buena parte del mundo- estuvo centrada en promover la adquisición de los ya mencionados bonos, los cuales servían para sufragar la descomunal maquinaria bélica del país. 6

Esto no quiere decir que los criminales descansaran, tal y como queda de manifiesto en Batman# 21 (FP: febrero-marzo 1943) donde se publicó una historia titulada “Blitzkrieg Bandits” (Cameron/ Sprang), la cual bebía de la llamada “guerra relámpago” con la que la Alemania nacional socialista asoló buena parte de Europa, en los estadios iniciales de la contienda. Los criminales que aparecen en esta historia, sin embargo, no logran los mismos resultados que sí consiguieron los soldados de la Wehrmacht teutona.

Batman llegó incluso a visitar el Senado de los Estados Unidos de América, a imagen del cinematográfico James Stewart en la película de 1939 Mr. Smith Goes to Washington (Frank Capra), en la entrega número veintitrés de la serie Batman titulada “Batman Goes to Washington” (FP: abril-mayo 1945), según la imaginación de Alvin Schwartz y Jerry Robinson. En ella, el héroe demuestra que es capaz de algo más que de zurrar a criminales sin escrúpulos y defiende unos ideales que, por aquel entonces, aún tenían cierta vigencia.

Batman Vol 1 #15 (Feb.-March 1943) Finger/ Burnley/ Burnley.

En la entrega número quince de la serie Batman titulada The Two Futures (FP: febrero-marzo 1943) el guionista Bill Finger -junto con el dibujante Jack Burnley y el entintador Ray Burnley- fue un paso más allá y mostró la realidad del escenario bélico mundial, donde las destructivas y sanguinarias fuerzas del Eje han ocupado Gotham City. De ahí que los autores no duden en mostrar paredones de fusilamiento, cuerpos ahorcados y guardias apaleando personas dentro del recinto de un campo de concentración, calcado a los que la Alemania nacionalsocialista había diseminado por buena parte de Europa. Estas páginas también cuentan la historia de Bobby Logan, un niño empeñado en ayudar a paliar el hambre que sufre su familia y que no dudará en ayudar al dúo de héroes, hecho que le supondrá poner su vida en peligro, ante la barbarie que se desarrolla a su alrededor. Son siete páginas desconocidas por el gran público, pero que deberían ser rescatadas y, en cierto modo, admiradas por ser capaces de plasmar, en un cómic de super héroes, lo que buena parte de la población mundial estaba sufriendo, de una manera clara, directa y sin concesiones.

Batman Vol 1 #15 (Feb.-March 1943) Finger/ Burnley/ Burnley.

Como verán, la realidad que impregnó las andanzas del personaje creado por Bob Kane y Bill Finger es diametralmente opuesta a lo que se suele aseverar, y bien estaría revisar dichas afirmaciones para no perpetuar los errores que se siguen cometiendo cuando se habla de aquellos belicosos años.

Otras de las grandes ignoradas dentro de la historiografía del personaje son las tiras de prensa (16 historias distintas) y los dominicales (26 historias distintas), publicadas unas y otros, entre el mes de octubre del año 1943 y el mes de noviembre del año 1946, respectivamente. En ellas, por ejemplo, se publicó la primera imagen de la Batcueva y, al revés de lo que ocurrió en otros formatos que también adaptaron las aventuras de Batman & Robin, éstas sí que respetaron el incipiente universo que estaba desarrollándose en los cómics, aunque con un espíritu bastante más adulto, optando por elementos del “cine negro” en detrimento de las aventuras puramente súper heroicas.

Todo esto, en realidad, no ayudó a que las tiras de prensa y los dominicales llegaran a triunfar en un mercado copado por las obras de Harold Foster, Alex Raymond o Milton Caniff, sólo por citar algunos de los principales autores del formato pensado para los rotativos, pero dada la calidad del trabajo de Bill Finger y Charles Paris, además del propio Bob Kane, estas historias deberían formar parte de cualquier biblioteca dedicada al personaje de Batman. No, de un pie de página en un libro de la historia del noveno arte…

Batman daily Comic strip (October 25, 1943 • Monday) Kane/ Finger/ Paris.

De la misma forma, se sigue hablando y discutiendo sobre la serie de televisión protagonizada por Adam West y Burt Ward entre 1966 y 1968, pero nadie se acuerda, independientemente de su calidad, de los dos seriales cinematográficos, responsabilidad de Columbia Pictures, protagonizados por Batman y Robin en los años 1943 (Lambert Hillyer) y 1949 (Spencer Gordon Bennet) con las caras de los tándems Lewis Wilson- Douglas Croft y Robert Lowery -Johnny Duncan, respectivamente. Esto último pudiera estar justificado en nuestro país, dada la imposibilidad manifiesta de verlos antes de la llegada de Internet, pero, hoy en día, la situación dista mucho de ser la misma que en décadas anteriores. Si bien es cierto que al primero le pesan los años -y la precipitación con la que se hizo- en el caso de segundo, las cosas fueron distintas y el resultado merece el esfuerzo de ver los quince episodios que conforman dicho serial.

En cuanto a la ya mencionada serie de televisión de la década de los años sesenta del pasado siglo XX, escaparate de las onomatopeyas gráficas, los excesos visuales y una forma de plantear las aventuras del “dúo dinámico” que puede llegar a centrifugar tus sentimientos como espectador -salvo, claro está, Julie Newmar, la Catwoman por excelencia, antes, ahora y siempre- nadie se acuerda ya que Van Williams y el mítico Bruce Lee, The Green Hornet y Kato, protagonizaron varios crossovers televisivos con Batman y Robin, entre 1966 y 1967.

Kato (Bruce Lee); Britt Reid/ The Green Hornet (Van Williams); Bruce Wayne/ Batman (Adam West) y Dick Grayson/ Robin (Burt Ward)

© 1966-1967 20th Century Fox Television & Greenway Productions.

Tampoco nadie reparó en su momento en la magnífica, lúcida, divertida y sincera autobiografía escrita por el actor William West Anderson, conocido profesionalmente como Adam West y que siempre permanecerá en el imaginario del noveno arte por haberse calzado las mallas de Batman durante más de un centenar de episodios televisivos.

En las páginas del libro Back to the Batcave. My story... Adam West, escrito con la ayuda del escritor y columnista Jeff Rovin, el actor desnuda el sistema de producción, promoción y distribución cinematográfica y, sobre todo, televisivo que imperaba en aquellos años en el mercado norteamericano, y no duda en denunciar la hipocresía de las grandes cadenas de televisión y quienes las manejan. Tampoco es que DC Comics salga muy bien parada, todo sea dicho, aunque la veterana editorial tiene ya una larga lista de borrones en su historial, sobre todo para con los autores que ayudaron a que el sello editorial sea lo que es en la actualidad…

Lo mejor de todo es, por un lado, el sentido de humor con el que Adam West cuenta la génesis, la pre-producción y posterior desarrollo de la serie de televisión que estaba llamada a cambiar el concepto de entretenimiento tal y como hasta entonces se conocía, por mucho que esta afirmación pueda molestar a los más puristas. Sus páginas son mucho más que los recuerdos de un actor que se tomó muy en serio llevar, hasta millones de hogares de todo el mundo, las aventuras, la impronta y el legado de un personaje del que hoy todo el mundo habla, pero que, en aquellos años, consiguió una popularidad inusitada, gracias al trabajo de Adam West, de su compañero, Burt Ward, y del resto de los actores que trabajaron en la serie.

Y, por otro, la lucidez con la que encaró su vida, sus proyectos y una fama ligada al cruzado de Gotham City de la que nunca se pudo librar y que terminó por condicionar su carrera y, por ende, su vida personal. No diré, como el mismo comenta, que todo fuera tan “divertido y ocurrente” como en los capítulos que rodó hace ya cinco décadas, pero, por difícil que pueda resultar, Adam West encontró la forma de vivir con todo ello y, además, ir un paso más allá. 7

Mientras la serie sobrepasaba los límites de la pequeña pantalla y causaba sensación en países tan alejados de la estética, los modos y las maneras anglosajonas -como lo era, entonces, Japón- la empresa juguetera Ideal Toys Corporation desarrollaba el Captain Action, la primera figura de acción súper heroica que ofreció a los niños de la década de los años sesenta del pasado siglo XX un traje de Batman para vestir a dicha figura.

Las identidades del Captain Action. Captain Action ®, the “CA” logo, Action Boy, Kid Action, and all related art are trademarks of Captain Action Enterprises, LLC.

Disponible en dos versiones muy similares, salvo por algunos detalles, entre 1966 y 1967, el traje se presentaba en una caja, a imagen de los uniformes comercializados por G.I. Joe (Hasbro Toys) en los Estados Unidos y por Action Man (Palitoy), en el Reino Unido, y bebía de las fuentes gráficas más clásicas. Reproducía, además de la máscara y la capa, el Baterang -luego conocido por Batarang, un cinturón lleno de artilugios, herencia directa del “Hombre de Bronce” literario y del gráfico “The Phantom”-, y un garfio con el que escalar las paredes más complicadas de Gotham City, en una secuencia recurrente en la serie de televisión de la cadena ABC, llena de invitados especiales abriendo ventanas por doquier. 8

Robin también contó con una versión presentada por Ideal Toys. Tras la llegada al mercado de Action Boy, el compañero de aventuras del Captain Action, a imagen y semejanza de Dick Grayson -el Robin original, que debutó en la entrega número veintinueve de la serie Detective Comics (FP: julio 1939)- asumía la personalidad del compañero de Batman con un traje comercializado en el año 1967.

Dicho traje aparecía en un cartonaje diseñado con una ventana transparente en su parte frontal -al igual que ya ocurriera con el personaje de Batman- aunque, en este caso, sí quedó acreditado el trabajo de Murphy Anderson como responsable del dibujo de Robin que aparece en uno de los laterales, algo que no ocurría con el Batman que acompaña el cartonaje con el que se comercializó dicho uniforme. Hasta la fecha no hay un dato fiable que acredite quién fue el artista que lo dibujó.

La empresa J.C. Penney Company, Inc. ofreció una versión del traje de Robin que se podía conseguir pidiéndola directamente a través del catálogo de los grandes almacenes. Contaba con un sencillo envoltorio de cartón marrón, el cual es, hoy en día, más valioso que la caja original anteriormente mencionada.

Con lo que nadie contó desde la empresa que concibió el juguete es que, años después, la especulación económica promovida por coleccionistas sin escrúpulos y seudo historiadores oportunistas terminó por convertir al Captain Action en un producto al alcance de unos pocos y adinerados bolsillos, circunstancia, ésta, que ha hecho que cincuenta años después, prácticamente nadie hable, ni conozca la trayectoria y el legado de dicha figura de acción. 9

Y siendo cierto que se habla o, por lo menos, de tanto en tanto, se recuerda -sobre todo, por las nuevas versiones comercializadas por las empresas Graftmanship Kotobukiya y Gentle Giant Ltd, respectivamente- la colección Super Powers, comercializada por el ya desaparecido sello comercial Kenner Product (1946-2000), merecería ocupar un lugar de honor cuando se habla de los juguetes basados en personajes de DC Comics y, por ende, de Batman y Robin. Su impronta es tal que, en 1985, DC Comics publicó un número especial titulado Fifty who made DC Great, el cual, en su última página, hacía hincapié en la calidad y la validez de la empresa juguetera, cuya sede se encontraba, en aquellos años, en la ciudad norteamericana de Cincinnati (Ohio).

Kenner Super Powers ™ Batman. © 1984 Kenner Products. Kenner is a registered trademark of CPG Product Corp.

Puede que, vistos con la reducida perspectiva revisionista que ha surgido con la aparición de las redes sociales, aquellos muñecos no merezcan tanta consideración y el que Each toy features a special moving component: press Batman´s legs and he punches. We´ve put real action into action figure, tal como expresaba Tom Osborne en el número especial de DC Comics, puede hoy resultar una cuestión baladí. No obstante, en aquellos años, todo esto supuso un grandísimo avance en la concepción de este tipo de figuras -en comparación con las estáticas, y ciertamente limitadas, figuras de Star Wars, igualmente comercializadas por Kenner Product- y la veterana editorial DC fue una de las grandes beneficiadas por el trabajo de los responsables de la empresa juguetera norteamericana y su empeño por lograr que los personajes gráficos cobraran vida, de la forma que se merecían.

Volviendo al mundo gráfico, otro trabajo que, también, ocupa un lugar de honor entre los grandes ignorados de la historiografía del personaje creado por Bob Kane y Bill Finger es el Batmanga de Jiro Kuwata (バットマン Battoman), publicado por la revista Shōnen King entre los años 1966 y 1967. Al igual que con los otros ejemplos anteriormente citados, no deja de ser injusto.

El dibujante japonés no bebió de la estética pop que tan bien desarrolló la serie de televisión, sino de las dos colecciones gráficas del personaje, Batman y Detective Comics, las cuales se estaban publicando en los Estados Unidos de América siguiendo los dictados del “New Look”. Éste promovía una vuelta hasta los orígenes oscuros y detectives del personaje original, muy alejados de las estridencias ya comentadas. En total, Jiro Kuwata adaptó cinco historias publicadas en la serie Batman y trece, en la cabecera Detective Comics. La forma de narrar las aventuras bebe del estilo oriental, el cual potencia la acción frente al texto, por lo que se aumentó, hasta tres veces, la extensión del relato gráfico original.

Shonen King# 23 (1966) Art and cover Artists: Jiro Kuwata.

© 1966-1967 Shōnen Gahōsha.

Hubo que esperar hasta la primera década del presente siglo XXI para que los historiadores y la propia DC Comics remediara una carencia que empezaba a ser insultante, eso sí, de una forma un tanto limitada y sin lograr alcanzar la difusión que un producto como éste hubiera debido tener.

También resulta curioso el respeto con el que Jiro Kuwata trató el trabajo de un artista tan capital en la historia del noveno arte como lo fue Carmine Infantino, responsable de presentar en sociedad la edad de plata de los super héroes en el número cuatro de la cabecera Showcase (FP: octubre 1956) y, luego de revitalizar, casi se diría que salvar in extremis, al personaje de Batman.

No hay que olvidar que, tras la encarnizada batalla que el mundo gráfico libró contra las editoriales y publicaciones de libros y revistas, amén de los estragos causados por el deleznable doctor Fredric Wertham y las sesiones del Subcomité del Senado norteamericano para la delincuencia juvenil, los cómics no pasaban por su mejor momento. Y Batman no era una excepción a esta regla que, en una década, se llevó por delante mucho más que a la editorial creada por Max “Charlie” Gaines -y luego regentada por su hijo William “Bill” Gaines- y que obligó a las editoriales a tener que aceptar las desmesuradas y rocambolescas exigencias del Comic Code Authority.

Todo aquello le supuso al cruzado de Gotham y a su compañero de fatigas, Robin, vivir en una suerte de universo paralelo, en el cual primaba la ciencia ficción, los alienígenas más estrafalarios y las soluciones de compromiso. En dicha etapa los villanos clásicos desaparecieron paulatinamente, dejando solo al Joker como invitado recurrente. Como contrapartida llegaron hasta la cabecera un bat-sabueso, Ace, con máscara incluída; Batwoman (Kathy Kane) quien debutó en el Detective Comics Vol 1 #233 (FP: julio, 1956); y Bat-girl (Elizabeth Kane), sobrina de la primera y cuya primera aparición se remonta al Batman Vol 1 #139 (FP: abril, 1961)

Batman Vol 1 #139 (April 1961) Finger/ Moldoff/Starkman

Cover Artists: Sheldon Moldoff & Ira Schnapp.

Es lógico entender ante tanto desatino que, llegado el momento, la editorial y la persona responsable del resurgir de los héroes clásicos, con una nueva apariencia, Julius Schwartz llamara a Infantino para dar un cambio de timón al personaje o, si la situación no cambiaba, cerrar la colección. El editor en jefe le dio seis meses para tratar de paliar la situación, antes de recurrir a medidas más drásticas.

Camine Infantino se puso manos a la obra y, en mayo del año 1964, en la cabecera Detective Comics# 327, daba comienzo lo que se conoció como el “New Look”, un número que supuso un verdadero revulsivo, tanto en el diseño de los personajes principales como en la misma presentación de la serie. Se cambió, incluso, el logotipo de la portada, que había permanecido inalterable desde la segunda entrega.

El dibujante también le dio un vuelco al diseño de las portadas y de las páginas interiores que llegó a dibujar para las colecciones protagonizadas por el murciélago y, gracias a su trabajo y buen hacer, además de a la innovadora visión de Julius Schwartz, editor de ambas cabeceras, Batman dejó atrás los universos paralelos y los alienígenas de todo tipo y color para centrarse en su misión de proteger la ciudad de Gotham.

Batman Vol 1 #194 (August 1967) Fox/ Moldoff/ Giella/ Snapinn.

Cover Artists: Infantino/ Anderson/ Adler/ Schnapp.

Lo curioso del caso es que se suele pasar por alto la contribución capital de Carmine Infantino, más conocido por su trabajo en la serie clásica del universo galáctico de Star Wars que por lo que hizo en la serie de Batman. Y no negaré que parte de la culpa la tiene el ENORME talento de Neal Adams, un dibujante que estaba llamado a llevar el universo del personaje un paso más allá, pero una de las imágenes más icónicas de cuantas se han acuñado sobre el “dúo dinámico” es obra del dibujante originario del barrio neoyorkino de Brooklyn. Es más, muchos de los que adquirieron las dos estatuas comercializadas por DC Comics dentro de la colección Batman Black & White, Batman Black & White: Batman and Robin by Carmine Infantino Statues, no son conscientes de la importancia de dicha imagen para la posteridad, algo que Jiro Kuwata sí que supo valorar.

Con Batman. Child of Dreams, serie limitada (noviembre 2000- noviembre 2001), obra de Kia Asamiya, el problema viene a ser que, a pesar de contar con más versiones, incluyendo una en lengua castellana -algo que no sucede con el Batmanga de Jiro Kuwata- hoy en día resulta muy, muy difícil encontrarla, por lo menos, en su formato original. Sobra decir que el trabajo del sobresaliente ilustrador y narrador gráfico merece ser tomado en cuenta por la espectacular forma en la que plasma a buena parte del panteón de villanos del universo de Batman y por cómo el mercado japonés es capaz de reinterpretar prácticamente cualquier tema, independientemente de dónde venga.

Batman: Child of Dreams. Kia Asamiya. © 2000 Kodansha LTD.

Lo mismo se podría decir de la mini-serie de cuatro números Batman: The Death Mask (2008), escrita y dibujada con gran acierto y aplomo -al tratarse de un personaje con tanta historia como la que atesora Batman- por Yoshinori Natsume, autor conocido en occidente por su trabajo en series tales como Togari - The Sword of Justice y Kurozakuro. En la misma línea se sitúa The third mask (Batman: Black and White Vol. 1 #4. Septiembre del año 1996), escrita y dibujada por Katsuhiro Otomo -el sin par creador de AKIRA, la epopeya gráfica con mayúsculas- la cual, también, se suele obviar por los seguidores del dibujante y animador japonés cuando se habla de su trayectoria.

El caso de Batman Ninja (2018) es distinto, dado que la película solamente se estrenó en unos pocos países y, en muchos de ellos, lo hizo en formato digital, ni siquiera en una sala de cine. Esto no quiere decir que el trabajo de Junpei Mizusaki (director); Kazuki Nakashima (guionista) y del resto de las personas implicadas en su realización, pertenecientes, éstas, a los estudios Kamikaze Douga, Yamatoworks y Barnum Studio no merezca ser tomado en consideración, ni mucho menos.

Batman Ninja demuestra cómo se pueden superponer los personajes clásicos del universo del cruzado de Gotham con el Japón feudal, los samuráis que en él vivían y añadir la imaginería de los mechas o súper robots nipones sin que la mezcla pierda consistencia. Es más, aparte de todo lo anteriormente dicho, uno de los segmentos de la película está dibujado como si se tratara de una realización del ya desaparecido Isao Takahata y -por mucho que pueda resultar chocante dicha forma de plantear la animación en una historia tan extrema como ésta- sirve para poner un momento de tranquilidad en medio de las maquinaciones del desmedido Joker, su compañera de fatigas, Harley Quinn, y el no menos intrigante y peligroso Grodd.

Batman Ninja NYCC´s exclusive promotional poster for the film.

© 2018 Kamikaze Douga, Warner Bros. Animation, DC Comics & DC Entertainment.

La película de Junpei Mizusaki también sirve para comprobar cómo el mercado japonés es capaz de absorber casi cualquier cosa y luego presentarla como si fuera suya desde el principio, algo que en esta cinta de ochenta y cinco minutos queda claro desde las secuencias iniciales y que, con el tiempo, va ganando en intensidad. Incluso la secuencia con la que termina la narración cinematográfica es digna de tener en cuenta, tanto por lo que se cuenta como por cómo se cuenta, casi se diría que con un toque de humor…

Lo que queda claro es que este tipo de propuestas han sido ignoradas sistemáticamente por quienes organizan los salones de manga contemporáneos, privando a las nuevas generaciones de una forma de entender el cómic anglosajón súper heroico mucho más válida que buena parte de las cabeceras que se publican, mes a mes, por los grandes sellos editoriales norteamericanos.

Detective Comics Vol 1 #27 (May 1939) Finger/ Kane.

Cover Artist: Bob Kane.

A buen seguro que, además de todo lo anteriormente dicho, quedan más cosas en el tintero, las cuales han terminado por ser ignoradas cuando se habla de la de Bruce Wayne/ Batman, más si se tiene en cuenta el empeño de la editorial que lo vio nacer por reeditar, hasta la náusea, determinadas historias frente a otras muchas que deberían tener una oportunidad de volver a ser editadas. Sea como fuere, el puzle sobre el que se ha construido este personaje es demasiado rico como para ponerle coto, y un aniversario como el que estamos celebrando este año 2019 se me antoja la excusa ideal para empezar a recuperar esas historias que, al revés de lo que ocurrió con el vecino arácnido, SÍ que fueron contadas, pero por muchas y variadas razones permanecen empolvadas y olvidadas en alguna estantería. ¿Qué les parece si les dan una oportunidad? Si lo hacen, no se sentirán decepcionados, sino todo lo contrario.

© Eduardo Serradilla Sanchis, Helsinki, 2019

Batman © 2019 DC Comics. All characters, the distinctive likenesses thereof and related elements are trademarks of DC Comics. All rights reserved.

Batman es una creación de Bob Kane y Bill Finger.

Robin es una creación de Bob Kane, Bill Finger y Jerry Robinson.

Para más información sobre Batman y todo lo relacionado con su universo, por favor, consulte el siguiente enlace: www.leprechaun.es/ o en los siguientes números de teléfono: +34928279471 y +34828918162. Y si tienen un momento libre, acudan hasta las tiendas del Desván del Leprechaun para celebrar el día de Batman como se merece.

Notas:

1- Las otras historias que acompañaron al debut del cruzado de Gotham City fueron las siguientes: Speed Saunders: “Killers of Kurdistan”, Buck Marshall: “Bullet Bluff”, Bart Regan, Spy: “The Mysterious Murders”, The Crimson Avenger: “Murder on the Oceanic Line Docks”, Bruce Nelson: “The New Orleans Mardi Gras Murders, Part 1”, The Insidious Dr. Fu Manchu, Cosmo, the Phantom of Disguise: “Illegal Aliens” y Slam Bradley: “The Murderer on Vacation”.

2- Tracey Goessel, en su libro The First King of Hollywood: The life of Douglas Fairbanks (Chicago Review Press Incorporated, 2016) escribe en la introducción de su ensayo sobre el actor norteamericano lo siguiente: When Batman goes to the Bat Cave, it is because the creator of the comic strip drew his inspiration for Fairbanks´s The Mask of Zorro.

3- Lo cierto es que, antes que las aventuras de Don Diego de la Vega, otro espadachín de doble identidad y espíritu indómito, Sir Percy Blakene, había debutado en los escenarios y en el circuito editorial británico, de la mano de la baronesa húngara Emma Magdolna Rozália Orczy de Orci en 1905. Éste ofrecía a sus contemporáneos el aspecto de un ser vacío, apático y solamente preocupado de su aspecto personal. Sin embargo, tras esta fachada se escondía el arrojo y la osadía de “La Pimpinela Escarlata”, un héroe empeñado en salvar a los inocentes de la demencia colectiva que terminó por ahogar con la sangre de muchos de sus conciudadanos los deseos de libertad que promulgaba, en su origen, la Revolución Francesa. En su momento, tanto la novela como la obra de teatro lograron una sensacional acogida por parte del público y su impronta es difícil de ocultar en todos aquellos personajes que, valiéndose de una doble personalidad, tratan de desequilibrar la balanza en favor de los inocentes y los más desfavorecidos.

4- Grant, M., Tinsley, T., Robinson, J., Tollin, A., & Murray, W. (2008). The Shadow. Lingo and Partners of Peril (1st ed., Vol. 9, The Shadow). San Antonio, TX: Sanctum Books & Nostalgia Ventures.

5- La portada del quinto número de la serie World´s Finest Comics -publicada en la primavera del año 1942 y en la que aparecen Superman, Robin y Batman saludando a un escuadrón de cazas de las fuerzas aéreas norteamericanas que está volando sobre ellos- fue la primera de las portadas publicada después del ataque del siete de diciembre del año 1941. Tras ella, llegarían otros dos más, en el verano y en los meses finales del año 1942, donde el espíritu guerrero y marcial impregnó de patriotismo la actitud de dichos personajes gráficos.

6- Dos buenos ejemplos de los esfuerzos del dúo de héroes por promocionar la venta de bonos de guerra son las portadas de los números 17 (Robinson/ Roussos) y 18 (Sprang/ Kaye) de la serie Batman. En ambos, el fervor patriótico y cierta dosis de mala idea, sobre todo en la que se publicó a finales del año 1943 -donde los tres líderes del Eje aparecen vapuleados por una suerte de enorme cartucho de dinamita- quedan patentes.

7- Para más información, consultar la siguiente fuente: West, A., & Rovin, J. (1994). Back to the Batcave. My story... Adam West (1st ed.). London: Titan Book Ltd.

8- Bermúdez, T. (1998). La noche del murciélago. Hazañas, secretos y enemigos de Batman en cómics, cine y televisión. (1st ed., Vol. 3, Los libros del Camaleón). Barcelona: Camaleón Ediciones.

9- Eury, M., & Anderson, M. (2009). Captain Action. The original Super-Hero action figure (2nd ed.). Raleigh, NC: Twomorrows Publishing. Chapter nine; page 152

Sobre este blog

Empecé a leer cómics a la misma vez que aprendí  a leer y, desde entonces, no he parado de hacerlo. En todas estas décadas he leído cómics buenos, regulares y no tan buenos, pero siempre he creído que el lenguaje secuencial es la mejor -y más idónea- puerta de entrada para leer tanto letras como imágenes. Ahora leo más cómics digitales que físicos, pero el formato me sigue pareciendo igualmente válido y sigo considerando el cómic un arte.

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