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Sobre este blog

Empecé a leer cómics a la misma vez que aprendí  a leer y, desde entonces, no he parado de hacerlo. En todas estas décadas he leído cómics buenos, regulares y no tan buenos, pero siempre he creído que el lenguaje secuencial es la mejor -y más idónea- puerta de entrada para leer tanto letras como imágenes. Ahora leo más cómics digitales que físicos, pero el formato me sigue pareciendo igualmente válido y sigo considerando el cómic un arte.

LOS COMICS DE STAR WARS DESDE 1977 HASTA LA ACTUALIDAD

Al final, y tras la negativa de Stan “The Man” Lee, quien cambió de opinión una vez que incluyó una leonina cláusula en el contrato de la adaptación de la primera película, y del entonces jefe de distribución de Marvel Comics Ed Shukin, que no sentía ningún cariño por las adaptaciones gráficas de películas, Roy Thomas se salió con la suya.

Hoy en día, una vez que Marvel Comics ha recuperado la franquicia galáctica en formato gráfico, parece imposible que esto pudiera haber sucedido, pero ya se sabe que en una historia hay muchas zonas grises.

La presente reseña quiere recoger algunas de las series más emblemáticas publicadas a lo largo de estas cuatro décadas, tanto por su valor histórico como por su repercusión en el mercado gráfico nacional. Esta última afirmación choca bastante con la realidad, que cuenta los desbarajustes a los que se vio sometida la serie gráfica original (1977-1986), la cual casi termina siendo publicada, en España, en un rollo de papel higiénico, dado el sinfín de despropósitos sucedidos.

No están todas las que son, pero sí algunas que, como responsable de esta sección, considero que deben ser tenidas en consideración.

Relatos de los Jedi (Tales of the Jedi) formó parte de la primera oleada de series gráficas sobre el universo Star Wars publicadas por la editorial Dark Horse tras obtener la franquicia gráfica, a principios de la década de los noventa, del pasado siglo XX. Dichos relatos, desarrollados 4000 años antes de la batalla de Yavin, ofrecieron, por primera vez, la posibilidad de conocer más en profundidad a los caballeros Jedi, sus aliados, sus amenazas y sus aventuras, mucho antes de que el imperio galáctico apareciera sobre el tablero de juego.

La primera serie de cinco números, publicada entre 1993 y 1994 y luego retitulada como Tales of the Jedi: Knights of the Old Republic, estuvo centrada en las peripecias vitales de dos Jedi: Ulic Qel-Droma (Ulic Qel-Droma and the Beast Wars of Onderony, historia dividida en dos partes) y Nomi Sunrider, cuya saga durará los tres siguientes números. Estas dos historias, junto con el siguiente arco argumental, El alzamiento de Freedon Nadd (Tales of the Jedi: the Freedon Nadd Uprising) publicada durante el año 1994 son, por derecho propio, una de las mejores historias gráficas de cuentas se han publicado desde que Star Wars apareció en el mundo gráfico.

Parte del mérito recae sobre las espaldas del guionista Tom Veitch y los dibujos de Janine Johnston, Tony Adkins, Denis Rodier y, en especial Chris Gossett, quien fuera el responsable de plasmar buena parte de las historias gráficas de los Jedi originales durante cinco años.

Tom Veitch dejó los guiones de la serie tras coescribir con el escritor Kevin J. Anderson, conocido por sus novelas de la Academia Jedi y las aventuras de los jóvenes Jedi, Tales of the Jedi: Dark Lords of the Sith (1994-1995). Tras su marcha, Kevin J. Anderson continuó explorando el pasado de los Jedis oscuros con la miniserie Tales of the Jedi: the Sith War (1995-1996). El trabajo del escritor llegó cuando el nivel de publicación de la editorial Dark Horse no había llegado a lo más alto y algunas de sus historias no tiene nada que envidiarles a las escritas por Tom Veitch, pero en la memoria de los lectores, los primeros Relatos de los Jedi siempre ocuparán un lugar de privilegio, tanto en el mercado anglosajón como en el nacional, de la mano de Norma Editorial.

El ojo de la mente (Splinter of the Mind's Eye) fue la primera de las novelas publicadas tras el estreno del Episodio IV (marzo de 1978). Su autor, Alan Dean Foster, contratado para ayudar en la escritura de la novelización de Star Wars, asumió la tarea de continuar donde Lucas lo había dejado y con su trabajo se convirtió en el precursor de lo que ahora se conoce como Universo Expandido. La idea que motivó la novela era utilizar el material como base para, luego, rodar una secuela de bajo presupuesto de la película original, siempre que ésta no funcionara como su creador y el estudio desearan. No obstante, a pesar de los requerimientos para que en la narración no se desarrollaran tramas y escenarios que luego costara mucho reproducir, el resultado sobrepasó las expectativas del propio George Lucas.

En la novela aparecen los principales personajes de la saga y, para quienes tuvimos la oportunidad de leerla en aquellos años, nos supuso mantener viva la llama por la creación de Lucas hasta que el Episodio V llegó a las pantallas. En 1995, Dark Horse adaptó la novela en una miniserie de cuatro números, escrita por Terry Austin y dibujada por Chris Sprouse.

Hoy en día la novela continúa siendo un referente obligado cuando se habla del universo de Star Wars y su posterior desarrollo en el imaginario colectivo, y su lectura es casi de “obligado cumplimiento” entre quienes se declaran seguidores de la saga.

La trilogía del Almirante Thrawn, también conocida como la trilogía del Heredero del Imperio (o la trilogía de la Nueva República), es una historia escrita en tres volúmenes por Timothy Zahn, ganador de un premio Hugo, el máximo galardón que se concede dentro del mundo literario de la ciencia ficción y fantasía, entre 1991 y 1993. La historia escrita por Zahn se desarrolla cinco años después de los hechos narrados en el Episodio VI y su tremendo éxito propició, entre otras cosas, el relanzamiento del universo gráfico de Star Wars, de la mano de la editorial Dark Horse, luego de la cancelación de la serie original por parte de Marvel Comics.

La trilogía del Almirante Thrawn sirvió, además, como pistoletazo de salida para lo que ahora se conoce como el Universo Expandido (Expanded Universe) dentro del imaginario propio creado por George Lucas. El Universo Expandido no ha dejado de crecer, con mejores o peores resultados, durante las siguientes décadas, aportando nuevos datos, situaciones y escenarios a los ya conocidos.

Personajes tales como el ya mencionado Almirante Thrawn, el contrabandista Talon Karrde o la “mano del emperador” Mara Jade, debutaron en las páginas de los libros escritor por Timothy Zahn y, a partir de entonces, se han convertido en parte integrante de la cronología de la saga, aunque nunca hayan aparecido en ninguna película.

Entre 1996 y 1999, Dark Horse Comics adaptó las tres novelas originales al formato gráfico, según un guión de Mike Baron. Las portadas de los tres tomos recopilatorios, en su versión original son obra de los siguientes dibujantes: Mathieu Lauffray -Heir to the Empire y The Last Command- y Kilian Plunkett -Dark Force Rising-

Wedge Antilles fue uno de los pocos supervivientes del ataque contra la Estrella de la Muerte original, de ahí que, en la portada del primer número dedicado al escuadrón rebelde por antonomasia, el rojo, aparezca la imagen del piloto. Éste volverá a tener protagonismo durante las siguientes aventuras cinematográficas, además de en la serie gráfica que se desarrolló a lo largo de 35 entregas más dos especiales, Star Wars: X-Wing Rogue Squadron.

Las series limitadas Imperio Oscuro 1 y 2 (Dark Empire I y II) y El Fin del Imperio (Empire´s End) son no sólo uno de los primeros ejemplos del buen hacer de Dark Horse Comics al frente de universo gráfico de Star Wars, por lo menos durante los primeros años, sino una consecuencia directa de las novelas escritas por Timothy Zahn. Es más, la primera de las tres series limitadas, publicada entre diciembre del año 1991 y octubre del siguiente año, bebe directamente de algunos de los acontecimientos narrados en la primera de las novelas de la trilogía del Almirante Thrawn.

El responsable de narrar el comienzo de esta nueva etapa gráfica fue Tom Veitch. En el apartado gráfico, la responsabilidad recayó en Cam Kennedy y Jim Baikie, éste último responsable de la tercera y última entrega (El Fin del Imperio). Estas tres series gráficas demostraron, como antes lo hiciera Timothy Zahn, que aún quedaban muchas cosas que contar, siempre que se respetara la continuidad y una lógica narrativa. Con el paso del tiempo, esta premisa se abandonó en pos de mantener una cadencia de publicación mensual y, como suele suceder, la calidad se resintió e hizo que muchos lectores perdieran interés en el universo gráfico de Star Wars.

En España, la trilogía fue publicada por la editorial Norma entre los años 1993 y 1996, siendo Imperio Oscuro la primera colección que devolvió el universo gráfico de Star Wars al mercado nacional, con muy buenos resultados de ventas.

Biggs Darklighter es uno de esos personajes que, a pesar de haber aparecido solamente en las secuencias finales del Episodio IV, logró ganarse un lugar en el corazón de los espectadores. En parte la actitud del piloto rebelde –Rojo Tres- sacrificando su vida, con tal de proteger a la de su amigo, Luke, durante el ataque a la primera Estrella de la Muerte es una gesta de las que no se olvidan fácilmente. No obstante, el personaje -del que se hubiera sabido más, de no ser por las secuencias que George Lucas decidió cortar durante el montaje de la primera película de la saga- merecía que alguien contara su pasado. Durante el año 2003 y dentro de la colección Empire (Star Wars: Empire# 8, 9, 12 y 15 Darklighter) Paul Chadwick, Doug Wheatley y Tomas Giorello nos dieron la posibilidad de conocer una de esas “historias jamás contadas” del universo Star Wars, con todo lujo de detalles. Por una vez pudimos atar los cabos sueltos del pasado, tres décadas más tarde, todo sea dicho.

Los estoicos y carmesíes guardias del emperador Palpatine se convirtieron, casi desde el mismo momento en el que hicieron acto de presencia en el Episodio VI, en una de las imágenes icónicas de Star Wars. No obstante, su pasado formaba parte del listado de incógnitas relativas al universo galáctico, y nada mejor que el formato gráfico para contarla. Crimson Empire, historia desarrollada en tres miniseries que se publicó entre 1997 y el año 2012, contó con los guiones del mismísimo creador del sello Dark Horse, Mike Richardson, en colaboración con el guionista Randy Stradley, durante las dos primeras partes. En el apartado gráfico, la responsabilidad recayó en Paul Gulacy, conocido por su sensacional etapa al frente de la colección Master of Kung-fu junto a Doug Moench, quien supo dotar a la narración del ritmo y las exigencias de los escritores al cargo de tan ambicioso proyecto.

Crimson Empire, o lo que es lo mismo, la historia de Kir Kanos, es otra de las series que merece la pena figurar en cualquier biblioteca gráfica que se precie, sobre todo las dos primeras sagas, independientemente de si uno es aficionado a la saga galáctica, o no. Su lectura es intensa y de las que no se olvidan, algo que no siempre ha ocurrido con los cómics de Star Wars.

Sombras del Imperio (Star Wars: Shadows of the Empire) fue un proyecto multimedia, desarrollado por Lucasfilms en el año 1996, que, sin lugar a dudas, debió lograr un mayor desarrollo, sobre todo de haberse estrenado una versión cinematográfica. El proyecto, realizado al alimón entre LucasArts, Bantam Books, Darks Horse Comics, las empresas juguetera Kenner, Lewis Galoob y Applause, The Topps Company -especializada en trading cards- y Varèse Sarabande -quien comercializó una banda sonora- desarrolla una historia situada entre el Episodio V y VI, un terreno sin explorar en aquellos instantes.

Además, Sombras del Imperio contó con un villano de excepción, el príncipe Xizor, líder de Sol Negro, una organización criminal capaz de poner en jaque al mismísimo Imperio Galáctico, que contaba entre sus filas, entre otros, con una letal y atractiva androide llamada Guri. En los planes de Xizor se interpondrán Luke Skywalker, su hermana Leia, y Dash Rendar, un contrabandista enfrentado con el villano a causa de la muerte de su hermano y la posterior caída en desgracia de su familia.

Otros personajes que también intervendrán en la historia serán Boba Fett, Jabba el Hut, IG-88 y Darth Vader, empeñado en acabar con el estatus de Xizor en los bajos fondos del Imperio galáctico.

Tanto la novela como sus posteriores adaptaciones gráficas, publicadas entre los años 1996 y 1998, servirían para escribir el borrador de un guión cinematográfico que nada desmerece a los desarrollados por George Lucas, sobre todo por el atractivo de los nuevos personajes anteriormente citados. Incluso se llegó a estrenar una suerte de tráiler que en sí era una recopilación de imágenes de las dos películas entre las que se desarrollaba la historia. Logró una aceptación tal que Lucasfilms terminó por retirarlo del circuito de convenciones y salones de cómics norteamericanos, cortando de raíz las especulaciones sobre que el proyecto se trataba, en realidad, de una nueva película.

Hoy en día, cuando ya se han anunciado spin-off cinematográficos de varios personajes de la saga, incluso antes del estreno del Episodio VII, Sombras del Imperio hubiera podido ser una realidad, pero en aquellos años, y con el veinte aniversario tan cerca -fecha en la se entrenaron las ediciones especiales y, dos años después, el Episodio I- el proyecto se quedó en tan sólo una magnífica idea que pudo ser pero no fue.

Tras casi tres décadas desde que el universo gráfico de Star Wars abandonara la casa de las ideas -diríamos que por la puerta de atrás- a principios del presente año 2015, Marvel Comics lanzó una nueva serie dedicada a los personajes creados por George Lucas, llamada Star Wars: Skywalker Strikes, escrita por Jason Aaron y dibujada por John Cassaday. Los hechos narrados en esta nueva serie están situados entre el Episodio IV y el Episodio V. La respuesta por parte de los lectores superó las mejores expectativas soñadas por los directivos de la editorial.

Un mes más tarde, y mientras se seguía imprimiendo el primer número de la primera serie –hasta cinco veces-, amén del medio centenar de portadas alternativas que se han llegado a publicar, llegaba al mercado Star Wars: Darth Vader, escrita por Kieron Gillen y dibujada por el español Salvador Larroca. En marzo, Marvel Comics lanzó la serie limitada Star Wars: Princess Leia con guión de Mark Waid y dibujada por Terry Dodson. Estas dos series, como la que sirvió para presentar la nueva etapa de Marvel Comics, están situadas, también, justo después del Episodio IV.

El contrabandista, luego transmutado en general de la alianza rebelde, Lando Calrissian, debutó en Marvel Comics en el mes de julio, en formato miniserie. La serie cuenta los acontecimientos anteriores al momento en el que Calrissian se convierte en el administrador de una colonia minera de gas tibanna, en Ciudad Nube. Charles Soule y Alex Maleev son los responsables de contar toda la historia. Tres meses después, le ha tocado el turno al wookie por excelencia, Chewbacca, en otra miniserie escrita por Gerry Duggan y dibujada por Phil Noto. El último en regresar a la editorial ha sido el androide de protocolo C3PO en un número especial, que se publicará en diciembre del 2015, con guión de James Robinson y dibujo de Tony Harris.

En septiembre de este mismo año -y a remolque de la maquinaria propagandística que está generando el Episodio VII- Marvel comenzó a publicar la miniserie de cuatro números Journey to Star Wars: The Force Awakens Shattered –Empire, con guión de Greg Rucka y dibujos de Marco Checchetto. En este caso, la acción se sitúa entre el Episodio VI y el Episode VII; The Force Awakens y se engloba en un programa multimedia que busca atraer a las nuevas generaciones y, de paso, rescatar a los desencantados tras el estreno de las precuelas (Episodios I-III)

Y en cuanto a la serie clásica, les recomiendo los tres tomos publicados por Marvel Comics, en donde se recogen los 107 números originales, más los tres anuales, además del material extra que fuera publicado en diferentes colecciones, tales como Pizzazz o Star Wars Weekly UK.

¿Y el futuro? Por escribir está, como diría el maestro Yoda.

Para más información, consulten la siguiente página web: www.leprechaun.es

© Eduardo Serradilla Sanchis, 2015

Star Wars#1 (2015) Launch Party Color Exclusive Variant. Cover by John Tyler Christopher.

© 2015 Marvel Comics.

© 2015 Lucasfilms, LTD

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Empecé a leer cómics a la misma vez que aprendí  a leer y, desde entonces, no he parado de hacerlo. En todas estas décadas he leído cómics buenos, regulares y no tan buenos, pero siempre he creído que el lenguaje secuencial es la mejor -y más idónea- puerta de entrada para leer tanto letras como imágenes. Ahora leo más cómics digitales que físicos, pero el formato me sigue pareciendo igualmente válido y sigo considerando el cómic un arte.

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