Sobre este blog

Empecé a leer cómics a la misma vez que aprendí  a leer y, desde entonces, no he parado de hacerlo. En todas estas décadas he leído cómics buenos, regulares y no tan buenos, pero siempre he creído que el lenguaje secuencial es la mejor -y más idónea- puerta de entrada para leer tanto letras como imágenes. Ahora leo más cómics digitales que físicos, pero el formato me sigue pareciendo igualmente válido y sigo considerando el cómic un arte.

Francisco Boix. El fotógrafo de Mauthausen

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A principios del año 1941 Francisco Boix fue enviado al Campo de concentración de Mauthausen-Gusen, tras su paso por el Campo de prisioneros de guerra Stalag XI-B, lugar donde aprendería el lenguaje de sus captores, algo que, a la postre, le sería de vital importancia para poder sobrevivir a la barbarie que reinaba en las instalaciones de Mauthausen-Gusen, escenario donde perecieron más de dos tercios de los 8.000 españoles allí internados.

En su nueva ubicación, y gracias a la intervención un compatriota, Antonio García -además de por su conocimiento del idioma- logró trabajar en el laboratorio fotográfico, un lugar que la administración del campo destinaba principalmente a usos policiales. En aquel “remanso de paz” en medio del holocausto, el fotógrafo español consiguió ocultar un importante número de negativos que mostraban aspectos de la cruda realidad diaria del campo, así como las prácticas de exterminio habituales ejercidas sobre los presos allí congregados. Por añadidura, en muchas de ellas instantáneas, aparecían también los rostros de los sádicos responsables del campo y de altos jerarcas del nacionalsocialismo que visitaron Mauthausen-Gusen durante aquellos años.

Tras la liberación del campo y su posterior integración en la vida civil, Francisco Boix tuvo un papel preponderante durante los juicios celebrados en la ciudad alemana de Nuremberg, entre noviembre del año 1945 y octubre del año 1946. Los días 28 y 29 de enero del año 1946, Francisco Boix declaró delante de los fiscales del tribunal y, además, enseñó algunas de las imágenes que logró rescatar de toda aquella barbarie, imágenes que habían sido impresas a partir de los negativos que el fotógrafo español logró conservar a lo largo de todos aquellos años y que supusieron una losa imposible de remover por quienes se agolpaban en la bancada de los acusados.

Cinco años después de aquella declaración, Francisco Boix falleció víctima de una enfermedad renal contraída, muy probablemente, durante su estancia en el Campo de Mauthausen-Gusen. Fue enterrado en una modesta tumba en el camposanto de Thiais, hasta el año 2017, momento en el que el gobierno francés lo trasladó hasta el cementerio parisino de Père-Lachaise, luego de rendirle un homenaje por su contribución en la lucha contra los crímenes cometidos por el nacionalsocialismo alemán.

En septiembre del año 2017, la editorial francesa Le Lombard publicó la historia gráfica Le Photographe de Mauthausen, un álbum de 168 páginas, con guión de Salva Rubio, dibujo de Pedro J. Colombo y color de Aintzane Landa. En abril del presente año, Norma Editorial publicó dicho álbum en lengua castellana y, ahora, y tras el estreno de la versión cinematográfica de dicha historia, me he puesto en contacto con el escritor responsable de adaptar las peripecias vitales del fotógrafo catalán al papel, para que nos cuente el proceso de creación de una obra tan actual como necesaria, tanto para las nuevas generaciones como para las que crecieron sólo unas décadas después del final de la barbarie germana en los campos de la Europa ocupada. Aprovecho estas líneas para agradecer a Salva Rubio la prontitud con la que respondió a mi petición y toda la información aportada.

¿Cuándo y por qué surge la idea de escribir un guión sobre Francesc Boix?

En 2003 o 2004 se publica el libro de Benito Bermejo sobre Francisco Boix y, como tanta gente, descubro una historia increíble, no solo la de su vida y la del robo de las fotografías, sino que descubro que hubo españoles en campos nazis. Me extrañó que una historia tan potente, y hechos tan graves, no fuesen conocidos de forma general por el público, por lo que me propuse adaptar la historia al cine. Tras un inicio prometedor, la aventura fílmica se abortó con la llegada de la crisis en 2009, por lo que decidí entonces adaptarla a novela gráfica, algo que afortunadamente ha tenido un final feliz, gracias a Le Lombard, Norma Editorial y a los talentosos artistas Pedro J. Colombo y Aintzane Landa.

¿Qué fue lo más difícil a la hora de abordar el proyecto?

A nivel humano, por supuesto, las múltiples lecturas de testimonios que describían las atrocidades que los deportados sufrían en Mauthausen, las terribles y numerosas maneras de morir que los nazis tenían destinadas para los presos y la dificultad de sobrevivir durante años en tan letal entorno. A nivel técnico, se trataba de contar una historia larga y compleja en un tiempo y espacio muy limitados, por lo que había que lograr una narrativa bastante directa y efectiva, sin perder el suspense y la profundidad de los personajes.

¿Cuánto tiempo se invirtió en el proceso de documentación y posterior escritura del guión para el comic?

Ese proceso empieza en 2008, cuando empiezo a documentarme en serio para el guión de cine, y termina unos meses antes de la publicación del cómic. Se puede decir que he estado 10 años documentándome e investigando sobre el tema.

La historiadora Sara J. Brenneis, autora del libro “Spaniards in Mauthausen”, comentaba hace unos días en una entrevista publicada en un medio nacional que España no ha sabido cómo tratar la memoria de las víctimas del Holocausto españolas, que las hubo. ¿Está de acuerdo con esta afirmación?

Totalmente. España tiene muchos problemas con su historia, y una de ellas es que los sucesivos gobiernos post-78 han intentado ignorar ciertos temas incómodos para ellos, como la memoria histórica, las consecuencias de la guerra, la ley de amnistía, los juicios a torturadores y genocidas, y un largo etcétera. Quizá esperaban un olvido progresivo, lo que ellos llaman “cerrar heridas”, heridas que en la mayor parte de los casos no sufren, ni han sufrido ellos, claro. Sin embargo, familiares, asociaciones, historiadores y organizaciones internacionales como Amnistía Internacional, la ONU o Human Rights Watch, y cada vez más, el público en general, hacen ver que es necesario que esos temas se traten abiertamente, que nos quitemos los complejos para dialogar sobre ellos y, sobre todo, que se haga justicia moral, humana e histórica.

¿Cree que su comic puede ayudar a paliar en cierta manera este olvido?

Ojalá. Nuestro objetivo en todo momento ha sido contar la historia de los deportados y homenajear el sufrimiento de unos deportados que, después de su terrible experiencia, fueron ignorados y ninguneados por los sucesivos gobiernos españoles, para llevarla a un medio popular, como es el cómic, con lo que puede llegar a ser conocida por más gente. El cine tiene una función similar, más masiva, por lo que todas las narrativas e iniciativas que hablen de Mauthausen y temas parecidos ayudan a normalizar temas que son historia, y como tal, debe conocerse.

¿Qué se puede aprender de Francesc Boix?

Es una pregunta que cada uno debe responder a su manera, pero para mí, sus actos fueron una lección de resistencia, resiliencia, valentía y fe en uno mismo.

Una vez terminado, ¿qué sentimientos le despierta su creación?

Personalmente, me permito sentir un cierto orgullo por haber logrado contar una historia en circunstancias particularmente difíciles, y en haber conseguido que diversos editores extranjeros considerasen que nuestra historia era lo suficientemente interesante y estaba bien contada. Hoy en día está publicada en francés, español, italiano, inglés, y pronto lo estará en alemán, neerlandés y coreano, por el momento.

¿Considera su comic una herramienta útil para enseñar Historia en las aulas?

Espero que así lo sea. En países como Francia o Bélgica, el comic está absolutamente normalizado como lectura divulgativa para enseñar historia, ética, valores humanos y otras materias, y es particularmente accesible para los jóvenes. Ojalá más profesores leyesen y recomendasen comic, pues son los que al final pueden aficionar a este género de cultura a sus alumnos.

Si quiere añadir algo más, por favor no deje de hacerlo.

Tan solo agradecerle el interés mostrado en nuestra novela gráfica, y animar a todos aquellos que la lean y les guste, a que sigan contando la historia de Francisco a todo el que pueda escuchar, para que nunca sea olvidada.

El fotógrafo de Mauthausen (2018)

Rubio/ Colombo/ Landa.

Portada: Pedro J. Colombo y Aintzane Landa

© Norma Editorial, Barcelona, 2018

© Eduardo Serradilla Sanchis, Helsinki, 2018

Edición española © Norma Editorial, Barcelona, 2018

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Empecé a leer cómics a la misma vez que aprendí  a leer y, desde entonces, no he parado de hacerlo. En todas estas décadas he leído cómics buenos, regulares y no tan buenos, pero siempre he creído que el lenguaje secuencial es la mejor -y más idónea- puerta de entrada para leer tanto letras como imágenes. Ahora leo más cómics digitales que físicos, pero el formato me sigue pareciendo igualmente válido y sigo considerando el cómic un arte.

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