Sobre este blog

Empecé a leer cómics a la misma vez que aprendí  a leer y, desde entonces, no he parado de hacerlo. En todas estas décadas he leído cómics buenos, regulares y no tan buenos, pero siempre he creído que el lenguaje secuencial es la mejor -y más idónea- puerta de entrada para leer tanto letras como imágenes. Ahora leo más cómics digitales que físicos, pero el formato me sigue pareciendo igualmente válido y sigo considerando el cómic un arte.

LA PEQUEÑA DEE

¿Qué ocurre cuando una niña pequeña se pierde en un gran bosque, lleno, éste, de peligrosos animales salvajes?... Pues lo normal es que la niña perezca, víctima de los elementos y de las fauces de los mencionados animales salvajes. Aunque, no siempre ocurre así.

Puede pasar que una niña pequeña, perdida en el bosque, y sin saber qué hacer, se encuentre con un animal –grande, peludo y calentito- y se abrace a él. El animal grande, peludo y calentito es un enorme oso llamado Ted, el cual se debe enfrentar con una terrible dicotomía; es decir, comerse a la niña o quedársela hasta que encuentre a sus padres. Mientras Ted está dándole vueltas al tema aparece Blake, un perro que hace años abandonó el mundo de los seres humanos y ahora vive libre por el bosque, junto a Ted y Vachel, un buitre. Al final, y a pesar de los reparos de Blake y Vachel, Ted decide adoptar a la niña y una nueva vida comienza para los cuatro.

Lo primero es ponerle un nombre a la recién llegada, dado que la niña no habla. Tras pensarlo durante una viñeta, Ted decide llamarla Dee, algo que parece encantar a la beba, la cual no ha dejado de abrazar al enorme oso ni un momento.

Lo que se cuenta, a continuación, son las peripecias de una familia algo disfuncional –pero quién no lo es, en los tiempos que corren- compuesta por un oso, un perro, un buitre y una niña pequeña, la cual sólo quiere hacer lo que cualquier niña pequeña que se precie: jugar, comer, dormir y sentir que la quieren. Y en esto, sus tres padres adoptivos rivalizan en ingenio y dedicación.

Ted es el que mejor lo lleva, aunque tiene sus días, como cualquiera de nosotros. Blake suple sus carencias –no es, ni mucho menos, el más despierto del grupo- con su dedicación al bienestar de Dee. Y Vachel, el cascarrabias del grupo, esconde un tremendo corazón, el cual se derrite cada vez que Dee le da un beso, un abracito o le regala un dibujo.

A medida que pase el tiempo, las necesidades de la niña crecerán, y los nuevos padres deberán hacer frente a requerimientos, tales como el periodo de hibernación de Ted o el comienzo del cole de Dee.

Habrá tiempo para que Dee y sus amigos se crucen con otros personajes –como el cocodrilo que está enamorado de Blake o los pingüinos que aparecen viajando en un Toyota, camino de Pittsburg para comprar electrodomésticos- marcados por un notable acento surrealista.

No obstante, Dee en una tira de prensa que gira alrededor de las vivencias de cuatro personajes, empeñados en demostrarnos que, si uno pone de su parte, cualquier cosa es posible.

La pequeña Dee es una hermosa y entrañable historia creada por el dibujante Chris Baldwin. Éste, tras el éxito de Bruno –la historia de una chica que empieza a desenvolverse en el mundo y, por ello, tiene que lidiar con problemas reales como la religión o la política- decidió crear una historia protagonizada por una niña pequeña que acaba siendo adoptada por un grupo de animales.

Baldwin mezcla las narraciones de Edgar Rice Burroughs y Rudyard Kipling con tramas de películas como “Tres hombres y un bebé” o de series tales como “Padres forzosos”. Y todo esto da como resultado una tira de prensa realmente bonita y tremendamente agradable de leer, en especial por el dibujo del artista.

Además, La pequeña Dee tiene una doble lectura que se esconde detrás de la ternura y el cariño con el que Ted, Blake y Vachel tratan a la beba, encantada de vivir con sus nuevos padres. Los problemas a los que deben enfrentarse los tres amigos son reales -cualquiera que haya convivido con niños pequeños lo sabe- y sus soluciones son todo un ejemplo de superación ante la tremenda responsabilidad que supone la paternidad.

Si quieren aprender a ser unos padres ejemplares, La pequeña Dee es una lectura obligatoria, además de las oportunas clases para la preparación al parto.

© Dolmen Editorial, 2014

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