Sobre este blog

Empecé a leer cómics a la misma vez que aprendí  a leer y, desde entonces, no he parado de hacerlo. En todas estas décadas he leído cómics buenos, regulares y no tan buenos, pero siempre he creído que el lenguaje secuencial es la mejor -y más idónea- puerta de entrada para leer tanto letras como imágenes. Ahora leo más cómics digitales que físicos, pero el formato me sigue pareciendo igualmente válido y sigo considerando el cómic un arte.

X-MEN DAY 2019

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Por lo menos, ese fracaso ocurrió en los años sesenta del pasado siglo, la misma década que vio fracasar a los mutantes de la Casa de las Ideas. Eso sí, muchos años después, ambas ideas se convertirían en todo un referente dentro de la cultura popular contemporánea. En su momento, no obstante, tras sesenta y seis números, Marvel no tuvo más remedio que aceptar que aquel grupo de adolescentes, todos ellos mutantes y señalados con el dedo por las mentes bien pensantes, no eran del agrado del público. 1

Imagino que si, en aquellos aciagos momentos, alguien le hubiera pronosticado a Stan Lee que, dos décadas después, el primer ejemplar del segundo volumen de la serie X-Men llegaría a vender 8.100.000 millones de ejemplares (octubre 1991), la respuesta a su interlocutor hubiera sido ¿Acaso estás mal de la cabeza? El tiempo, ya se sabe, pone a cada cual en su sitio y a los mutantes “marvelianos”, el tiempo los colocó donde se merecían.

Sea como fuere, la serie original de los X-Men fue el escenario escogido por el equipo artístico formado por Roy Thomas, Neal Adams, Tom Palmer y un desconocido Chris Claremont -quien ayudó a Thomas en la entrega cincuenta y nueve- para desarrollar seis de los mejores números publicados por Marvel Comics en sus ocho décadas de existencia.

X-Men# 57-62 son, por derecho propio, un ejemplo claro, directo y contundente de cómo se debe desarrollar una historia gráfica tanto en el apartado literario, como en el artístico. Pocas veces la fusión entre palabras e imágenes ha logrado imprimir un ritmo y una intensidad como la que estas entregas ofrecen, antes y ahora.

X-Men# 57 (junio 1969). Thomas/ Adams/ Palmer

Roy Thomas nos cuenta, para empezar, otro épico enfrentamiento entre los desmedidos y excesivos Centinelas de la familia Trask -ahora bajo el mando de Larry, hijo del desaparecido Bolivar Trask- lleno de diálogos directos e intensos, una nada soterrada crítica social, y un gusto por las situaciones límites que pone el lector en estado de alerta desde la primera página del X-Men# 57.

Dicho esto, quien avasalla con sus arriesgadas composiciones de páginas, con sus desgarradores primeros planos y con una épica narrativa que pugna con salirse de los limites de la página es Neal Adams. Por momentos, uno llega a tener la sensación de que los personajes acabarán por salirse del papel y continuarán sus batallas en el mundo real delante de nuestros atónitos ojos…

X-Men# 58 (julio 1969). Thomas/ Adams/ Palmer

Sin embargo, el plato fuerte llegará cuando el grupo de mutantes se vea las caras con Karl Lykos, alias Saurón, instante en el que Neal Adams desarrolla dos de esas páginas que se han ganado un lugar de honor en el imaginario del noveno arte contemporáneo. Usando como base las alas del trasmutado humano, ahora convertido en un Pteranodon, nos cuenta el origen de Lykos y la razón de su transformación… (Monsters also weep. X-Men# 61, octubre 1969)

Lo más increíble de todo es que el dibujante logra que el grotesco personaje logre una expresividad tal y posea, además, una fuerza narrativa dentro del contexto de la misma historia que te llegas a olvidar de que no es una persona, sino un extinto dinosaurio poseído por la mente de un ser trastornado.

X-Men# 61 (octubre 1969). Thomas/ Adams/ Palmer

No contentos los autores con esto, en la última de las entregas de esta memorable etapa, Kevin Plunder, alias Ka-zar, junto con su fiel Zabu, en La Tierra Salvaje serán los maestros de ceremonias para despedir el trabajo de Thomas/ Adams y Palmer en la cabecera mutante. Ni que decir tiene que Neal Adams disfruta dibujando al hercúleo señor de La Tierra Salvaje, empeñado -al igual que su homónimo literario, Lord Greystoke- en protegerla de los ataques y de los desmanes del mundo exterior. Por su parte, Roy Thomas, a su vez, se divierte desarrollando una historia en donde la acción, la intriga, las escalas de grises y los dobles sentidos se disputan nuestra atención, viñeta tras viñeta.

X-Men# 62 (noviembre 1969). Thomas/ Adams/ Palmer

Lástima que este trabajo no fuera recompensado como se merece. Tuvo que pasar muchos años, más bien décadas, para que, merced al trabajo del patriarca mutante, Chris Claremont, los lectores se pusieran a ver qué había ocurrido en los comienzos de la cabecera y, claro, descubrieran los números anteriormente citados en estos párrafos.

Ahora que el destino de Jean Grey está tocando a la puerta, cinematográficamente hablando (Dark Phoenix. Simon Kinberg 2019) es un buen momento para ver al personaje gráfico en sus orígenes, junto con el resto de sus compañeros de aventuras, según el sobresaliente trabajo de Roy Thomas, Neal Adams, Tom Palmer y Chris Claremont.

© Eduardo Serradilla Sanchis, Helsinki, 2019.

X-Men © 2019 Marvel Characters, Inc. All rights reserved. All characters and the distinctive names and likenesses thereof, and all related indicia are trademarks of Marvel Characters, Inc.

Nota:

1. La colección se prolongó hasta la entrega número noventa y tres, pero solamente se publicaron reediciones de historias previamente publicadas en la misma cabecera.

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Empecé a leer cómics a la misma vez que aprendí  a leer y, desde entonces, no he parado de hacerlo. En todas estas décadas he leído cómics buenos, regulares y no tan buenos, pero siempre he creído que el lenguaje secuencial es la mejor -y más idónea- puerta de entrada para leer tanto letras como imágenes. Ahora leo más cómics digitales que físicos, pero el formato me sigue pareciendo igualmente válido y sigo considerando el cómic un arte.

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