Banderas vuelve a la dirección con una película ''arriesgada e impresionista''

El Camino de los Ingleses

“Por una parte, es una reacción al tipo de cine que he venido haciendo durante diecisiete años, un cine, con pequeñas excepciones, como Brian de Palma, basado en fórmulas”, señaló este viernes Banderas en la rueda de prensa con motivo del estreno de la cinta esta noche en Málaga, la ciudad en la que se rodó casi toda la película. En esta segunda experiencia como director ha querido desvincularse “del mundo de los resultados”, consciente de que no estaba haciendo “una película que iba por los cauces normales”, por lo que comprende que “probablemente haya que pagar un precio, en taquilla o a otros niveles”.

“El peor enemigo de la película soy yo, en el sentido de que tengo una imagen para determinada gente, de la cual no renuncio porque he jugado a ella durante bastante tiempo, de guaperas de Hollywood y de cine comercial que ahora viene y quiere hacer cine”, añadió el actor malagueño, que considera la película “una inversión de futuro por su complejidad”. Al rodar en Málaga hizo “un viaje al pasado, a la época en la que rompí ese vínculo con mi tierra para marcharme de aquí a perseguir un sueño”, señaló Banderas, que cree que pensar en los resultados “intoxica y contamina mucho una película”.

“Incertidumbre, vacío y un vértigo terrible”

Cuando leyó la novela de Antonio Soler en la que se basa la película, no se identificó con ningún personaje específico, aunque sí con una “serie de claves” que vivió a finales de los 70 cuando abandonó su Málaga natal hacia Madrid para trabajar como actor. “Los recuerdos míos son de incertidumbre, vacío y un vértigo terrible, de ir paseando por Málaga y reírse la gente cuando decía que era actor, de no tener sentido mi vida y de que lo que yo vivía en mi cabeza era un disparate”, explicó.

Banderas, que calificó El Camino de los Ingleses como “una mirada dura sobre una etapa de la vida”, considera que su andadura como director llega “como resultado de muchos años de trabajo como actor”. “Cuando uno empieza a plantearse enfrente del director que no haría las cosas así, lo más honesto es marcharse detrás de la cámara y empezar a relatar el mundo como uno lo ve”, subrayó el malagueño, que aseguró que ha conseguido “una película mejor que la que había soñado”.

El personaje central de El Camino de los Ingleses es Miguelito Dávila (Alberto Amarilla), un joven aspirante a poeta que lee la Divina Comedia de Dante y convierte a Luli Gigante (María Ruiz) en su Beatrice particular. Miguelito y los demás de su pandilla, Paco Frontón (Félix Gómez), Babirusa (Raúl Arévalo), Moratalla (Mario Casas), La Cuerpo (Marta Nieto) y La Gorda de La Cala (Berta de la Dehesa) viven el verano del fin de la inocencia en el que quizás podrán descubrir adónde les lleva ese Camino de los Ingleses.

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