Bensaidi plantea una nueva visión de la sociedad marroquí

Faouzi Bensaidi, director de What a Wonderful World, película incluida en la sección oficial del VIII Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria, dijo este sábado que con ella intenta reflejar una sociedad marroquí “llena de contrastes, a camino entre la modernidad y la tradición”.

Bensaidi insistió en que quería hacer otro tipo de cine y que su película es “un poco insolente y transgresora”, con referencias claras a cineastas que le habían influido como Brian de Palma, Fellini o Takeshi Kitano e incluso a Pedro Almodóvar, informó la organización del certamen en un comunicado.

El director marroquí dijo estar impresionado por la proliferación de ciber-cafés en ciudades como Casablanca, “donde la juventud interactúa y se comunica chateando con gente del exterior, sin poder abandonar el país” y habló de una sociedad en la que “está todo por construir, en un cruce de caminos entre la modernidad y la tradición”.

WWW, What a Wonderful World es el segundo largometraje de Faouzi Bensaidi, película en la que además de dirigir interpreta a Kamel, un asesino a sueldo que recibe sus contratos por Internet.

El director se refirió a la cinta como el producto de diferentes referencias, “como el trabajo de un DJ que mezcla diferentes sonidos y que puede escucharse de forma individual o en su conjunto”.

Bensaidi atendió a los medios de comunicación tras el pase de prensa de la película acompañado de la actriz White Nezha, quien explicó que los tres personajes femeninos de la película representan a tres tipos de mujeres presentes, no sólo en la sociedad marroquí, sino en cualquier país occidental.

“Ellas pueden vivir su sexualidad sin avergonzarse de ello”, dijo.

Por su parte, el director Temur Babluani (Georgia, 1948) dijo que su película, L'Heritage, que también compite en la sección oficial del festival, “es una muestra de la capacidad de sacrificio del ser humano”.

La cinta cuenta la historia de tres franceses que llegan a Georgia y se encuentran con tradiciones inesperadas, transmitidas de generación en generación y que implican ajustes de cuentas entre dos familias.

Babluani insistió en que no es una película con una intencionalidad política, sino que habla de casualidades y del cruce de caminos de culturas diferentes, en este caso, de diferentes formas de pensar y de la voluntad firme de ayuda, agrega la nota.

El peligro que existe en este cruce de culturas, según Babliani, “es que una de las partes quiera imponerse a la otra”, cosa que no ocurre en L'Heritage, donde “la intención de los extranjeros es ayudar, es de buena voluntad”.

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