La crítica social abre la Bienal de Arte y Arquitectura en Gran Canaria
as 28 creaciones artísticas que se reúnen en Gran Canaria con motivo de la celebración de la I Bienal se centran en el universo intimista de sus autores y en una postura crítica en pro del respeto al medio ambiente de las Islas.
El proyecto de (Z) Club “Acción c-80” es el resultado en formato vídeo de una convocatoria crítica contra el proyecto inicial de la autopista entre Agaete y La Aldea, actualmente en fase de modificación, que se celebró en el punto desde el que iba a partir la vía, enclavado dentro de un espacio natural protegido. Las 1.500 personas que acudieron a la cita del pasado 5 de noviembre compusieron una “autopista portátil” en la que sus cuerpos simulaban una carretera en movimiento bajo una lona de plástico negro de 300 metros por 18 de ancho.
La iniciativa, financiada como el resto de creaciones, por el Gobierno de Canarias, demandaba un proyecto más respetuoso con el medio ambiente que el propuesto por el propio Ejecutivo, según explicó uno de los miembros de (Z) Club, satisfecho con la inclusión de la grabación del acto en el programa de la Bienal, cuyo principal objetivo es precisamente mover a la reflexión sobre la influencia del “desarrollismo en el paisaje insular”. El grupo interviene en la Bienal con otros trabajos en los que muestran acciones que han llevado a cabo en Gran Canaria.
Otra de las creaciones en esta misma línea comparte ubicación entre las dos capitales canarias y se trata de un proyecto del malagueño Rogelio López Cuenca que adapta una campaña de concienciación social reciente a través de nueve carteles situados en distintos puntos de las dos ciudades. El mensaje original se modifica hasta lograr consignas como “Total, por un megapuerto industrial de nada...”, en referencia a Granadilla o Arinaga, o “Total, por una montaña menos de nada...”, en alusión al proyecto monumental de Tindaya (Fuerteventura).
El sevillano Alfonso Crujera, afincado en Gran Canaria, también expone en la Bienal su vídeo “3 km”, sobre la que reflexiona de forma autobiográfica sobre la contaminación medioambiental y el progresivo deterioro que sufren muchos de los paisajes canarios que transita durante un recorrido que se prolonga tres kilómetros y un mes.
