'Body Rice', la historia de una ''deportación amigable''

El director portugués Hugo Viera abogó este jueves por “hacer el cine que no se encuentra por ahí, que falta”, desechando la habitual apuesta comercial por la acción en favor de un arte “impuro” que combine formas de expresión distintas, aunque el público deba esforzarse para verlo.

El cineasta luso hizo estas declaraciones al presentar a los medios de comunicación su primer largometraje de ficción, Body Rice, en el VIII Festival Internacional de Las Palmas de Gran Canaria, donde compite por la Lady Harimaguada de Oro.

Y, como demostración de su posicionamiento, tras un pase de su película para la prensa en el que sólo unos pocos espectadores vieron completa la proyección, dijo interpretar la decisión de quienes abandonaron la sala antes de tiempo como “una forma de comunicación” alternativa al diálogo.

Todo ello -argumentó- desde la opinión de que el objetivo del nuevo cine ha de ser explorar vías de comunicación diferentes a las habituales.

Consecuente con ese pensar, el film de Viera, premiado a comienzos de este mes en el Festival Internacional de Cine de México como mejor director por Body Rice, retrata con un dispar ritmo narrativo las peculiares circunstancias vitales de europeos del norte emigrados de forma voluntaria o forzada a zonas despobladas del sur de Portugal.

Jóvenes alemanes sometidos por las autoridades de su país a una “deportación amigable” en centros o granjas de reeducación para chicos conflictivos o veteranos eremitas del siglo XX que décadas atrás llegaron al país, aparcaron su coche y se quedaron a vivir en él como único hogar son, así, mostrados en el film cuando hacen algo pero también, en varios casos, mientras no hacen nada o sólo fuman.

Escenas éstas que, al igual que otras donde un robot o algunas personas realizan singulares y, sobre todo, inesperadas coreografías, “muchas veces buscan -según explicó el director- suspender la narrativa, congelar el desarrollo de la trama”, como forma de invitar a experimentar otras vías de comunicación.

Ese propósito ha determinado, además, la decisión del director de “usar otras formas de trabajar no clásicas del cine” en su película, “más propias de la 'performance' o de otras artes visuales, por ejemplo”, subrayó.

La intención de esa combinación es crear “un cine un poco impuro, que es el que me interesa”, sentenció Viera. Y apostilló: “si no, no quiero hacer cine”.

Su apuesta por esas nuevas formas de crear en la pantalla, ante las que admitió que “un tipo de espectador de cine puede quedar frustrado, porque no encuentra lo que espera”, ha tenido buena aceptación, pese al plantón de muchos espectadores en el pase de este miércoles, en determinados foros audiovisuales, y no sólo en el Festival de México.

De hecho, Hugo Viera prepara ya una nueva película de ficción que va a realizar en Alemania, y de la cual, según avanzó está ya finalizando el guión.

Entretanto, su obra Body Rice deberá enfrentarse esta semana a otra quincena de largometrajes con los que se disputa el máximo galardón del Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria en su edición de este año, la Lady Harimaguada de Oro, cuyo ganador se dará a conocer el sábado.

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