Cuentos para reescribir 'El final del amor'

MADRID, 31 (EUROPA PRESS)

El escritor Marcos Giralt Torrente (Madrid, 1968) entierra los clichés sentimentales en su último libro de cuentos, 'El final del amor' (Páginas de Espuma), que gira en torno a cuatro relaciones disfuncionales lejos del modelo canónico, a través de historias invertebradas, que no terminan de cuajar, narradas en primera persona por uno de sus protagonistas.

“Todas son historias de amor no convencional. El amor en la vida es así al final. Desde todos los lados nos bombardean con el amor romántico, el de ciertas películas de Hollywood, el de los publicistas, el de los psicoanalistas. Esa visión del amor nace con la novelas de caballería, y sigue con el Romanticismo. Se ha perpetuado como la única forma del amor, pero no es la única”, defiende.

A su juicio, cuando se piensa en el amor no tiene por qué pensarse en el “amor pasional”. “¿Por qué cuando pensamos en la fidelidad lo hacemos solo en la sexual y no en la espiritual o intelectual? Me parece mucho peor traicionar a la otra persona de palabra”, ha subrayado el autor en declaraciones a Europa Press.

En este sentido, Marcos Giralt añade que “muchos guionistas” están interesados en encorsetar el amor, en perpetuar modelos fantásticos para ganarse el jornal. “Uno de los estereotipos acerca del amor es que parece que va unido a la pasión, a la vida sexual. En el momento en que una pareja falla en lo sexual, fracasa amorosamente. Luego, te das cuentas de que hay un montón de parejas que permanecen unidas sin tenerlo, felizmente unidas y no parece que tengan mucha vida sexual. Hasta en eso se nos impone una visión del amor”, dice.

El autor, que no pretende pontificar sobre el amor ni agotar todas sus formas, debutó en 1995 con la colección de cuentos 'Entiéndame' y ahora vuelve al género en que se formó como escritor. Lo hace sin paracaídas, abrazado a la ficción, espoleado por la necesidad de zafarse de su último libro, la novela autobiográfica 'Tiempo de vida'.

“En 'Tiempo de vida', estuve imbuido de 'mi-mi-mi', 'me-me-me' durante todo el tiempo de escritura. Tuvo mucho éxito, pero al prolongar ese 'me-me-me' acabé extenuado del libro, y sobre todo de mí. Necesitaba lanzarme a la ficción. Lo hice de forma irreflexiva. Todos los libros anteriores nacían del deseo consciente de escribir un libro. Esto viene de un hartazgo de 'Tiempo de vida'. Cuando llevaba el segundo relato, me di cuenta de que tenía la posibilidad de escribir un libro”, ha subrayado el autor.

EL AMOR INVERTEBRADO

Así, Marcos Giralt Torrente comenzó a trazar las historias de una pareja al borde del colapso en mitad de sus vacaciones; de un escritor en ciernes que observa, a lo largo de dos décadas, el deterioro amoroso de una matrimonio extrañamente indisoluble; de un hombre que recuerda, a partir de un suceso azaroso, el querer de su adolescencia; y de un chico que fantasea con la reunión de sus padres e intuye, repentinamente, que tal vez sea inadecuada.

“Y habría seguido de no ser porque supe del II Premio [de Narrativa Breve] Ribera del Duero [con el que finalmente se alzó por su 'escritura estilizada' y 'expresiva']”, explica. Fue entonces cuando dejó de escribir y redondeó sus cuatro cuentos, “atenazado” por sus propias exigencias e imbuido por la necesidad de analizar sus mayores preocupaciones.

“La literatura literatura es una literatura comprometida con la realidad y que tiene una búsqueda, una indagación sobre la realidad. En la filosofía se busca la verdad por caminos racionales, y se cree que es posible encontrarla. En la literatura no, los escritores no piensan que van a obtener una explicación, seguramente porque no la hay. Buscan respuestas asumiendo que no hay respuestas. En la medida en que eres capaz de hacer preguntas te vas acercando a eso que quieres explicar pero no puedes tocar”, concluye.

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